A
estas alturas del año querer enfundarnos las prendas del verano puede, en
algunos casos, hacernos perder el norte. Admitimos que sea un deseo universal
querer presumir de buena figura, sobre todo ahora que la extensión de nuestros
must have se reduce. Con todo lo que ello implica: uso (y
abuso) de anticelulíticos o reductores, fitness a go-gó y dietas efectivas.
Sin
embargo, en este último punto tenemos que extremar las precauciones. Porque no se puede seguir cualquier dieta a cualquier precio. Y mucho
menos sin la ayuda de un experto. Hemos hablado con Leticia B. Carrera, asesora
del departamento de nutrición de Felicidad Carrera, para desvelar todas las
claves que debes tener en cuenta antes de ponerte a dieta.
Cómo influyen los factores genéticos a la hora
de elegir un régimen, qué son las calorías vacías, cómo llevar a cabo una cena
ligera o cómo configurar nuestro lunch box. Todo lo que debes saber para llevar una dieta saludable.
Ayuda
de un experto. Antes de ponerte a dieta es fundamental
acudir a un profesional. En primer lugar porque, tal y como nos explica Leticia
B. Carrera, el médico tiene que prescribir la más adecuada, hacer el
seguimiento y descartar patologías previas que puedan suponer un problema. Pero
además, también es importante su ayuda a nivel educativo y emocional.
"Ayudamos a adquirir hábitos saludables, a analizar y reconocer cuáles son
los errores que estamos cometiendo y que nos están llevando a ganar
peso...", añade.
Haz
que tu dieta sea efectiva. ¿Cómo? Dejándote aconsejar por
un nutricionista que tenga en cuenta los factores que determinan la efectividad
de un régimen: predisposición genética, motivación y cumplimiento, resistencia
genética a perder peso, actividad física, edad, sexo, composición corporal y
tus hábitos alimenticios. Porque, tal y como afirma Leticia, "a la hora de
recomendar una dieta es importante saber si el paciente ha estado a dieta
anteriormente y si ha tenido éxito".
Fruta: Leticia nos confirma una frase repetida hasta la saciedad. "La
fruta, mejor entre horas que después de comer". La explicación es
contundente. No engorda más, pero alejada de las comidas principales supone una
menor ingestión de calorías. "La digestión de los alimentos tiene un gasto
calórico. Si la fruta se come con la comida, se digiere al mismo tiempo y
genera el mismo gasto, lo que se traduce en un mayor número de calorías. Si se
come entre horas se produce un gasto adicional y el resutlado total en calorías
es mejor", afirma Leticia.
No
pases ni una. Saltarse alguna de las comidas principales
es un error que puede tener contraproducentes efectos. "Al saltarnos una
comida engordamos. El organismo está diseñado genéticamente para ahorrar
energía en forma de grasa para los tiempos malos. Por lo tanto, si pasamos
demasiadas horas sin alimento, el organismo asimilará más la siguiente comida y
la guardará en forma de grasa", explica la nutricionista.
Y
por la noche. La mejor alternativa para llevar a cabo una cena ligera -a última
hora del día nuestro organismo se prepara para el descanso,
y por tanto, se ralentiza el metabolismo- está en las proteínas ligeras, tal y
como nos recomienda Leticia B. Carrera. "Las proteínas son los nutrientes
que producen más saciedad y que quitan mejor el apetito. Cenando proteínas con
menos grasa como el pollo, el pavo, el pescado o los lácteos desnatados,
necesitamos menos calorías para sentirnos bien", nos cuenta.
A
vueltas con el pan. Tomarlo o no depende de los objetivos
que persigas. "Los cereales son importantes en nuestra alimentación, pero
es cierto que nos aportan más calorías que la verdura o la fruta. Existen
ciertas dietas destinadas a pérdidas de peso importantes en las que se
disminuye o incluso se elimina su consumo", nos cuenta Leticia. Sin embargo, si no estás a
régimen, debe ser una parte importante de tu alimentación si se toma con
moderación.
¿Engordan
los refrescos light? Aunque las escasas calorías que rezan sus etiquetados
pueden provocar cierta incredulidad, Leticia no descarta
su consumo durante un régimen. "Tienen edulcorantes que apenas aportan
energía por lo que es cierto lo que pone en la etiqueta. La mayoría tienen muy
pocas calorías y pueden consumirse estando a dieta", añade.
Pasta, pasta. Con este socorrido alimento pasa algo similar a lo que ocurre
con el pan: su uso puede limitarse o eliminarse temporalmente durante una dieta
si se quiere perder bastante peso. Sin embargo, como norma general, se aconseja
una ingesta moderada sin salsas hipercalóricas.
Dieta outside. Cuidar tu alimentación en un
restaurante es muy fácil. La
clave está en elegir platos no demasiado elaborados y sin salsa,
preparados al horno o a la plancha. Por supuesto, es necesario evitar los
fritos, consumir alcohol con moderación y tomar postres ligeros.
El perfecto lunch box. La falta de tiempo es
uno de los factores que nos puede incitar a comer de forma calórica. Sin
embargo, una de las
mejores opciones para cuidar la dieta en el trabajo es llevar la comida de casa:
una ensalada variada con vegetales y proteínas bajas en grasa como el pollo, el
huevo, el atún natural o el pavo puede ser la solución. "Debemos evitar
quesos, salsas hipercalóricas y frutos secos", añade Carrera.
Sé
inteligente. A la hora de ingerir alimentos, ten en cuenta las calorías vacías,
es decir, aquellas que sólo aportan energía sin ningún tipo de nutriente
beneficioso para la salud. "Las más conocidas son las
del alcohol, aunque también la aportan los refrescos, el azúcar, las golosinas
o los alimentos con grasas saturadas en altas proporciones", especifica la
experta. Evítalas en la
medida de lo posible.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios