Ser
egoísta es despreciable. Ser odioso es propio de quienes tienen una baja
autoestima.
Hazte un favor, comprométete a hacer lo que sea correcto, bueno, amable y
cariñoso. Hazte un favor, y vive más allá de tus propios intereses egoístas.
Pídele a Dios ayuda para cumplir este propósito.
La felicidad no proviene de lo que seas capaz de
conseguir, sino de todo lo que estés dispuesto a dar.
Se bueno, amoroso y generoso con la vida y la vida será
buena contigo. Emplea cada día para marcar la diferencia, para construir un
mundo cada vez más amable y agradable.
Es tu oportunidad para ser generoso con los demás.
Vive
cada momento más allá de ti mismo, sintiendo amor por todo lo que ves.
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