Oh
San Ramón Nonato prodigioso.
A Vos vengo movida
de la grande benignidad con que tratáis a vuestros devotos.
Aceptad, Santo
mío, estas oraciones que de muy buena gana te ofrezco, en memoria de tus
oraciones tan meritorias, que alcanzaron de Dios el que os haya constituido
especial patrón de las embarazadas.
Aquí está, Santo
mío, una de ellas que se pone humilde debajo de vuestra protección y amparo,
suplicándoos que así como se conservó siempre invicta vuestra paciencia en
todos aquellos ocho meses en que fuiste tan singularmente martirizado con el
candado y otras penas que pasasteis dentro de la tenebrosa mazmorra y en el mes
noveno salisteis libre de todas aquellas prisiones, así Santo y abogado mío, os
pido humildemente me alcancéis de mi Dios y Señor el que la criatura que está encerrada en mis
entrañas se conserve en vida y salud por espacio de los ocho meses, en el
noveno salga libre a la luz de este mundo, haciendo Vos, Santo mío, que así
como el día que salió vuestra alma de vuestro cuerpo fue un día Domingo, que es
día de gozo y regocijo, así el día de mi parto sea de todo contento y gozo, con
todas aquellas circunstancias que Vos sabéis que más convienen a mayor gloria
de Dios y vuestra y salvación de mi alma y la de mi hijo.
Amén.
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