Tu
sistema inmunológico se cura a sí mismo: ayúdale con el perdón generoso y la
aceptación serena.
Las
partes de nuestro cuerpo se renuevan todos los días
y en pocos años tienes un cuerpo nuevo.
Mírate
a ti mismo viviendo en un cuerpo vigoroso con un espíritu
renovado y esperanzado.
Elimina
el estrés del cuerpo con relajación y oración.
Te puedes curar a ti mismo con fe y amor.
Aprende a relajarte, retira tu atención
de lo que no quieres y pon
tu atención en lo que deseas experimentar.
Cuando
la voz y la visión del interior se hagan más profundas
y claras que las opiniones del exterior, has dominado tu vida.
No
estás aquí para que el mundo sea como tú quieres;
estás aquí para adaptarte y ser feliz.
Permite que también exista el mundo como otros eligen verlo.
Sin tolerancia no hay felicidad.
Sin tolerancia no hay felicidad.
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