Hace
años en un colegio la maestra invitó a los niños a representar la Navidad en
vivo.
Ellos mismos eligieron su rol y a un
niño un tanto obeso lo dejaron de lado como si no existiera.
Al fin uno de ellos le dijo: Tú serás el que le niegue a José
y María la posada que solicitan.
Le dijeron que José y María le pedirían
alojamiento tres veces y que tres veces debía decirles: No hay sitio para ustedes.
Llegó el día de la presentación ante
los padres de familia y todo el mundo estaba expectante.
La escenificación marchó bien hasta ese
momento en que el niño debía negar la posada.
A
la tercera vez el niño se apiadó y les dijo que sí.
La obra no pudo seguir y ese niño les dio una gran lección de amor a todos.
Obró así porque se metió en el papel con amor, no por dañar la obra.
En ese colegio aún recuerdan a un niño que les marcó el alma.
La obra no pudo seguir y ese niño les dio una gran lección de amor a todos.
Obró así porque se metió en el papel con amor, no por dañar la obra.
En ese colegio aún recuerdan a un niño que les marcó el alma.
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