A Confucio se atribuye esta frase:
"No contestes una palabra airada con otra palabra airada. La segunda es la que provoca la riña".
Si te esmeras poco a poco ganas
autocontrol y estás
calmado cuando otro te agravia.
Entiende que tu esencia permanece y que
las ofensas solo ofenden al Ego
que se resiente.
Ve
claro que si reaccionas es
por estar pendiente de tu imagen, o sea, de lo que no cuenta.
Si
respondes airado pierdes
tu paz y te pones al mismo nivel de aquel que te ofende.
Puedes orar mientras alguien te ataca, puedes ponerte en su lugar y entender por qué está
descompuesto.
Sí así lo eliges no caes en la trampa
de responder, y muestras que no te afecta lo
que digan los demás.
No es fácil, pero lo puedes lograr y
estar en paz y armonía cuando recibes dardos.
Tu secreto es tener paz y armonía interior.
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