Si ya
hizo el propósito de bajar el consumo de sodio, estas son algunas alternativas
que puede poner en práctica durante la cocción y en la mesa:
Utilice especias y
otros potenciadores de sabor. Hay de dónde escoger: hierbas frecas, ajo y
jengibre, cítricos, vinagres, vinos, pimienta negra, canela, albahaca, chile y
jugo de limón, solo para mencionar algunos.
Soasar, saltear y
asar los alimentos en una sartén saca los sabores de muchos vegetales, así como
del pescado y el pollo. Si prefiere prepararlos al vapor o en el microondas,
acompáñelos con un chorrito de aceite saludable o gotas de algún cítrico.
Quite el salero de
la mesa. Mucha gente está acostumbrada a rociar con este condimento la comida
incluso antes de probarla y aunque tenga suficiente sal. Así que elimine la
tentación de raíz.
Coma solo lo suficiente. Aunque la cantidad de sal de
una comida sea baja, si se consume en altas cantidades también aumentará el
nivel de sodio en el cuerpo.
Reduce el consumo de alimentos empaquetados: La
Asociación Americana del Corazón recomienda que limites el consumo de alimentos
empaquetados, procesados y adquiridos en tiendas o en restaurantes como panes y
panecillos, pizzas, sopas, sándwiches, quesos, platos de pasta, platos de
carne, carnes frías y curadas, conservas, salazones y ahumados. Este tipo de
alimentos contienen mucha sal.
Evita también la
salsa de soja, los jugos de tomate, los aderezos y las mezclas para ensaladas
embotellados.
Es mejor que
intentes reducir los refrigerios como papitas fritas o galletas. Recuerda que
el sodio se esconde en este tipo de alimentos. Sustitúyelos por alimentos bajos en sal (un producto con
menos de 100 mg de sal por porción es aceptable).
No añadir sal a los alimentos mientras cocinas. Es preferible que se añada después, así puedes
controlar la cantidad de sal.
Prepara los
alimentos de forma saludable: opta por cocerlos al vapor, asados a la parrilla,
cocidos, hervidos, o estofados sin sal, salsa o queso añadidos.
El aceite de oliva
extra virgen es una buena opción para aromatizar y dar sabor a tus platos,
además de salud.
Lee las etiquetas
nutricionales: Acostúmbrate a leer las etiquetas nutricionales como parte de la
rutina de tu compra para poder elegir los productos elaborados con menos sal. Busca en la etiqueta: bajo en
sodio, sin sal agregada, libre de sodio, con poco sodio o sin sal.
Cuando salgas a comer a un restaurante, pregunta si
pueden prepararte el plato con menos sal o sin sal.
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