Un gran mar de sal
Cuando
el Apolo XI viajaba a la luna, al capitán Neil Armstrong le causo curiosidad
una imponente mancha blanca en la región occidental del continente
suramericano. Esta mancha blanca a la que él se refería era el Salar de Uyuni,
con sus más de 12.000 km2 de superficie, es el espejo de sal más grande del
mundo.
Viajar por el más extenso salar de nuestro
planeta es una experiencia
difícil de expresar con palabras, las sensaciones que produce la visión del Salar
de Uyuni, cuya belleza y singularidad han tratado de inmortalizar las cámaras
fotográficas de miles de turistas, se reduce a la voz “ Increíble ” para
describir este desierto de sal, sombra de un mar que cubría la tierra en épocas
inmemoriales.
El
Salar esta a cerca de 4 mil metros sobre el nivel del mar, en el oeste de Uyuni
– antiguamente un importante centro minero-, de donde toma su nombre, y se
extiende como una enorme llanura total plana y blanca.
Aunque es posible llegar por tierra, el aliciente
de este viaje por aire, radica en el medio de transporte escogido: un antiguo
Douglas Super DC-3. Las elegantes y estilizadas curvas del avión, el zumbido de
los dos motores de hélice y la vestimenta de los pilotos –embutidos en chaquetas
deportivas de piel marrón y cuello de felpa, y ataviados con las clásicas
gorras de plato-, anticipan el sabor añejo de un viaje atrás en el tiempo del
que pueden disfrutar 20 personas por trayecto. La velocidad de crucero (370 kilómetros por
hora) y la altura sobre la superficie terrestre (unos pocos cientos de metros),
ambas muy inferiores a las habituales en los aviones a reacción, permiten además disfrutar de
excepcionales vistas, incluida la de la inabarcable salina blanca, el punto de
llegada. El aparato parte
dos veces por semana desde la ciudad de Cochabamba, en el centro del
país, en un trayecto de una hora y quince minutos de duración.
Al descender por las escaleras del tiempo del
pájaro de lata, no faltará quien piense, “ ya me jugué la vida al empezar este
viaje ”, para inmediatamente descubrir un mundo de visiones que hacen del viaje
el motivo: un mar blanco,
un desierto de sal, con varias islas interiores, entre ellas la isla de
Incahuasi y la isla del Pescado, que albergan una vida vegetal única con
cactus gigantescos que desarrollaron gran capacidad de aclimatación.
Los actuales habitantes de los alrededores
tienen en la explotación de la sal, su medio de subsistencia, en su entorno hostil de bajas
temperaturas y vientos helados.
En
época de lluvias, el Salar está cubierto enteramente por una capa de agua, cuyo
reflejo confunde cielo y horizonte, creando una atmósfera
muy singular, pero que al mismo tiempo hace la superficie blanda y fangosa, haciendo imposible atravesarlo.
El
Salar de Uyuni es belleza, magia, aventura y mucho más, es
un lugar que nos invita a entrar en contacto con lo más agreste de la
naturaleza, ideal para los
que gustan de la fotografía y el turismo aventura. El entorno es una
vasta extensión rodeada de monumentales volcanes y lagunas que muestran una amplia gama de
tonalidades verdes, rojas y naranjas que al mismo tiempo las identifican, y por
complemento, cerca de la población de Uyuni, se puede apreciar un “cementerio
de trenes”, con antiguas locomotoras abandonadas en medio del paisaje
altiplánico.
El
impresionante color rojo de la Laguna Colorada poblada por millares de
flamencos, componen un espectáculo imperdible. La superficie de la laguna es de
aproximadamente 60 kms 2 y tiene una profundidad promedio de 35 cms. a 4.278 metros sobre el
nivel del mar (msnm). Al sur de Laguna Colorada y ocupando una superficie de 1 km 2 , hay un zona conocida
como “Sol del Mañana”. Su principal característica es la
intensa actividad geotérmica, volcánica y fumarólica que exponen los diversos cráteres esparcidos en
la región donde se puede ver lava y lodo en constante ebullición que, en
determinadas horas del día emergen fumarolas de vapor a más de 100 mts. de altura. Éste campo geotérmico
está ubicado a 4.900 msnm.
Laguna
Verde, cual gigantesca esmeralda, lanza un brillo singular en el atardecer, su
espejo de agua ocupa unos 17 kms 2 y el color verde esmeralda proviene
principalmente del alto contenido de magnesio en sus aguas. Flanqueada por los volcanes Juriques, Lincancabur y Sairecabur, la
laguna, como en general la reserva de fauna andina está poblada por tres
especies de flamencos o parihuanas denominados en lengua nativas como: Tokoko,
Chururo y Jututo.
El
Salar de Uyuni es una expresión orgullosa de la Naturaleza, hermosísima, muy
especial, tranquila, blanca, inigualable.
Es un lugar de libertad,
casi religioso, con senderos de puro éxtasis.
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