La
luz de Dios me rodea, el amor de Dios me envuelve; el poder de Dios me protege,
la presencia de Dios vela por mí. ¡Dondequiera que estoy, está Dios!
Protegedme, Señor, de las malas compañías. Que mi alma y
espíritu se alcen contentas hacia Ti, Dios mí. ¡Me abandono en tus brazos!
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