Los
pescados y los mariscos se cuentan entre los alimentos más nutritivos que hay.
No solo aportan proteínas, vitaminas y minerales, también ácidos grasos, como
los omega 3, que favorecen los sistemas nervioso, inmunológico y
cardiovascular.
Expertos aseguran que toda persona puede
consumir estos alimentos, incluso los niños a partir de su primer año, “solo quienes padecen problemas
de ácido úrico, alergias a este alimento o alteración en el metabolismo de las
grasas o las purinas (sustancias que resultan de la asimilación de
proteínas) deben consultar
con un nutricionista que puede indicarles la clase y cantidad de pescado
que pueden consumir”.
Contiene proteínas de alto valor biológico,
minerales como fósforo, calcio, hierro y sodio, y aporta al organismo vitaminas
del complejo B, que mejoran el funcionamiento del metabolismo.
De
acuerdo con su contenido de grasa, los pescados pueden clasificarse en blancos
y azules.
Los
primeros (entre ellos el róbalo y la merluza) tienen poca grasa; el salmón y las
sardinas, que hacen parte del segundo grupo, son un poco más grasosos.
Su contenido calórico puede variar durante la
cocción, por lo cual se
aconseja, a quienes siguen planes para bajar de peso, prepararlo a la plancha o
a la parrilla y sin aderezos. De resto, puede consumirse varias veces a
la semana.
Fíjese
que al comprarlo no huela mal, que su textura sea firme, que la carne no se
desprenda y que los ojos ocupen toda la cavidad orbitaria y sean brillantes y salientes
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