La
crisis económica se ha ido propagando por todo el mundo y sus estragos empiezan
a sentirse entre las élites, quienes después de todo poseían grandes
participaciones en el mercado accionario e inmobiliario.
Hasta
hace poco, los ricos solían recaudar grandes fortunas del sector financiero,
trabajando en conjunto con fondos de cobertura, compañías de capital privado o
bancos de inversión. De allí que no es una sorpresa que varios nombres
de este grupo privilegiado hayan
sido borrados de la lista mundial de multimillonarios de Forbes.
No sólo
los ricos han visto cómo se esfumaba su dinero, también lo han hecho los
empresarios que hacían préstamos poniendo como garantía sus bienes. No
obstante, para muchos esta situación sirve de remedio para controlar
los niveles y flujo de riqueza desproporcionados.
Al parecer, la mayoría de las ganancias del crecimiento
económico de estos últimos años han ido a parar a manos de la
clase adinerada. Según los estrategas, la economía ha estado
dominada por el consumo de los ricos desde 1970, cuando ocurrieron cambios
económicos y políticos como: 1) el abandono del tipo cambiario fijo, 2) la
liberalización de los sistemas financieros, 3) los sindicatos fueron enfrentados
4) la reducción de los impuestos.
Después de estas medidas, la economía empezó a crecer junto con las fortunas de
aquéllos que apostaron a los mercados usando préstamos o que ofrecieron
acciones a sus empleados como incentivos. Estas mismas ideas de hacer dinero se
fueron acogiendo también en mercados emergentes como Rusia, la India y China.
Esto conllevó a un aumento de la
desigualdad en la población, tal y como está ocurriendo en la actualidad.
El descontento hacia el sector financiero se hace notar con más fuerza ahora que el crecimiento económico se ha estancado y los despidos se
han vuelto masivos. Para contrarrestar este clima hostil, los
gobiernos deberán:
1) Imponer regulaciones más severas,
2) Aumentar
los impuestos para cubrir los déficits presupuestarios,
3) Proteger
las industrias y empleos locales,
4) Obligar
a los bancos para que otorguen préstamos a empresas nacionales
5) Establecer
leyes bancarias secretas en los paraísos fiscales.
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