Aquí
hay 20 fórmulas que pueden ayudar a desarrollar la influencia positiva:
1.
Sé auténtico y honesto.
2. Comunica de manera clara y concisa.
3. Sé empático y comprensivo.
4. Escucha activamente y trata a los demás con respeto.
5. Acepta la responsabilidad por tus acciones y palabras.
6. Demuestra interés genuino por las personas y sus necesidades.
7. Sé confiable y cumplidor de tus promesas.
8. Ayuda a los demás a alcanzar sus metas y objetivos.
9. Muestra agradecimiento y reconocimiento a los demás.
10. Sé humilde y reconoce tus propias limitaciones.
11. Muestra liderazgo y toma la iniciativa.
12. Sé paciente y trata a los demás con paciencia también.
13. Sé flexible y adaptable a los cambios.
14. Sé creativo e innovador.
15. Sé persistente y determinado.
16. Sé positivo y optimista.
17. Sé amable y compasivo.
18. Sé justo y equitativo.
19. Sé generoso y desinteresado.
20. Ten gratitud.
Es
importante tener en cuenta que desarrollar la influencia positiva no es algo
que se logra de la noche a la mañana. Es un proceso continuo que requiere
tiempo y esfuerzo, y que implica ser consistente en
tus acciones y palabras. También es importante recordar que la influencia positiva no se trata solo de
tener poder o autoridad sobre los demás, sino de ser una persona que inspire y
motive a los demás a ser mejores.
REFLEXION
¿Quieres
ser apreciado y trascender, ya sea en el trabajo, con la familia o los amigos?
Te comparto algunas reflexiones que te ayudarán a desarrollar la habilidad de
influir positivamente en los otros.
La vida moderna es complicada, a
veces extenuante: salir adelante económicamente, las presiones por el tráfico,
la salud, el trabajo, la familia, por un lado, y por otro, llevarla bien con
los vecinos, la contaminación, la delincuencia, violencia, adicciones, ruidos,
olores, voces, saturación y hacinamiento.
Pero ni hablar. Siendo seres sociales,
urbanos e interconectados, he
aquí algunas reflexiones que hemos conjugado de nuestra experiencia profesional
para desarrollar la habilidad de influir positivamente en los otros,
para dejar una huella de nuestro paso, ser apreciados y trascender en cada
oportunidad de convivencia, ya sea laboral, comercial, festiva, de pareja, de
negocios, de amistad o de servicio.
Desarrolla
gratitud: Cada minuto que estás vivo, cuenta; cada
amigo, vale. Todas las
cosas que pasarán en tu vida son dignas de apreciarse; no esperes a que no las
tengas para disfrutarlas. Aprecia lo que otros hacen por ti. No
escatimes en reconocimiento
y agradecimiento; son las mejores herramientas para que las personas
pongan lo mejor de sí mismas.
Respeta
el principio de reciprocidad: La vida te cobra las cosas, tarde
o temprano. ¿Quieres que te respeten? Comienza respetando. ¿No quieres chismes
acerca de tu vida? No hagas caso de los que te dicen de otros, no hables a sus
espaldas y mucho menos te metas en las vidas ajenas. Dar, siempre es bienvenido; todo gesto de
nobleza y cordialidad seguramente tendrá su recompensa. Confianza, entendimiento, respeto y amistad no pueden
existir sin una contraparte; son absolutos, se cultivan en la medida que
los vas sembrando todos los días.
Mira
siempre al frente: No hagas a nadie sentirse inferior, tampoco busques ser
petulante ni prepotente, mira a los ojos, da un saludo que perdure, descubre
los gestos y las expresiones de quienes te rodean. Hay miles de cosas
buenas que te estás perdiendo por no tomarte el tiempo. Las buenas maneras, la
cortesía, la civilidad, los ordenamientos son fundamentales, básicos,
imprescindibles hasta en el infierno. Paciencia, diplomacia y pulcritud son expresiones de
personalidades poderosas, asertivas, seguras, cultivadas, disciplinadas y de
una autoestima sana y estable.
Erradica
los negativos: Deja atrás al pesimismo; el discurso
programa. Así que mejor
limpia de tu vida las quejas, culpas, miedos, inseguridades, dolores,
maldiciones, enfermedades… y ponlas a trabajar con un nuevo enfoque: voy a recuperar mi salud, voy a
mejorar mis hábitos, no hay flojera que me dure ni burócrata que me joda.
Vive
con compromiso: La autoridad moral nace de la congruencia y la
consistencia. Para ser un modelo social, para que te conviertas en una
persona que influya en los otros, de quien se busca consejo, causa admiración y
los motiva a seguirte, debes vivir bajo una sola línea entre tus ideas, tus
acciones, tus motivaciones, tu palabra y tus resultados.
Nunca
dejes de aprender: La sabiduría, el conocimiento, la habilidad, el ingenio,
todas esas cualidades te generan prestigio, seguidores y respeto. La
influencia positiva existe cuando los otros te piden consejo, recurren a ti
cuando quieren resolver un problema, te consideran una referencia, te
recomiendan y hablan bien de ti. La validación social de tu reputación es la
mejor publicidad de tu talento productivo.
Disfruta
cada momento a plenitud: Si tu concepto de una cena
romántica es revisar tu mensajería, actualizar tus redes sociales en un buen
restaurante, donde no sabes qué comiste ni qué bebiste, incluso inventando que
estuviste con alguien, pero la compartiste con todos tus “amigos” y sacaste 20
likes, piénsale a fondo si te conviene cabildear una iniciativa para que se
permita el matrimonio entre humanos y celulares, y que se incluya una app para
formalizar el compromiso. Aquí y ahora es muy breve. Usar y disfrutar tienen diferencias, y éstas se
aplican hasta en el sexo.
Aférrate
a lo bueno: Agárrate hasta con los dientes de la gente positiva,
humanista, optimista, así como de las cosas buenas; si salió el sol, bien; si
no, también. Que nada modifique tu estabilidad, no te dejes quebrar,
saca fuerzas, coraje, voluntad, motivación de ti mismo, todos los días.
Aguanta, resiste, lucha, perdura, supera la crisis. En momentos adversos, la
gente quiere seguir a quien sabe mantener el rumbo con mano firme. Una tormenta puede desviar y
hundir el barco, pero las historias se escribirán por la memoria de quienes
lucharon contra ella –hayan ganado o perdido– y olvidaremos a quienes
simplemente claudicaron.
Integridad
y honestidad siempre: La única persona con quien vas a
estar toda tu vida eres Tú. No
la puedes abandonar, no te puedes divorciar, ni le puedes ocultar nada; te sabe
hasta lo que a veces tú mismo no sabes de ti, y si te pones a pensar en
lo que los otros se imaginan, mejor ni le muevas. Rectitud e integridad son escasas; ponte de ese lado.
Aliviana el costal de tu vida, pues no falta quien le eche piedras.
Nunca renuncies a dar lo mejor: Si eres de quienes ponen todo
en su trabajo, en sus relaciones, respetas las reglas y ves que otros no lo hacen, no te desanimes, que
no te importe y mucho menos que te desaliente. No culpes a nadie de tus
errores; mejor busca cómo superarlos y no volver a cometerlos. Enfrenta los
obstáculos: prográmate, proyéctate, visualízate, enfócate para vencer retos. No pidas no tener problemas;
piensa, actúa y ruega por tener la fuerza para vencerlos.
2. Comunica de manera clara y concisa.
3. Sé empático y comprensivo.
4. Escucha activamente y trata a los demás con respeto.
5. Acepta la responsabilidad por tus acciones y palabras.
6. Demuestra interés genuino por las personas y sus necesidades.
7. Sé confiable y cumplidor de tus promesas.
8. Ayuda a los demás a alcanzar sus metas y objetivos.
9. Muestra agradecimiento y reconocimiento a los demás.
10. Sé humilde y reconoce tus propias limitaciones.
11. Muestra liderazgo y toma la iniciativa.
12. Sé paciente y trata a los demás con paciencia también.
13. Sé flexible y adaptable a los cambios.
14. Sé creativo e innovador.
15. Sé persistente y determinado.
16. Sé positivo y optimista.
17. Sé amable y compasivo.
18. Sé justo y equitativo.
19. Sé generoso y desinteresado.
20. Ten gratitud.
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