La vida es un milagro en el cual respiro cada día unas 23 mil veces e
inhalo unos 12 mil litros de aire.
Sí, vivir es un milagro
constante que, acaso, solo aprecian los enfermos que reciben oxígeno para poder
subsistir.
Lo cierto es que, aún azotados por las penas o con graves dificultades,
somos unos privilegiados y hay que vencer el virus del inconformismo.
Hoy doy gracias y miro al
reciclador sonriente que introduce sus manos en un recipiente de basura maloliente.
Hoy me amo y pienso en el mutilado que ama la vida, mientras vende lotería montado en un carrito de
madera.
Hoy admiro a la empleada del servicio afable y feliz, sin una décima parte de lo que yo poseo, no
aprecio y no agradezco.
Todos esos seres me recuerdan que la vida es un
milagro y que siempre hay salidas en la fe y en el amor.
Como decía un
cuadripléjico: “sufrimos
demasiado con lo poco que nos falta y gozamos muy poco con lo mucho que tenemos”.
Soy un privilegiado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios