PARADOJA DEL TIEMPO Y LA VIDA:
Dicen que Dios creó al Burro y le dijo: "Serás
Burro, trabajaras de sol a sol, cargaras sobre tu lomo todo lo que te pongan y
vivirás sesenta años." El Burro contesto: "Señor, seré todo lo que me
pidas pero... sesenta años es mucho ¿Por qué no mejor treinta años? ... y Dios
creó al Burro.
Dicen que Dios creó al Perro y le dijo: "Serás Perro, cuidaras las casa de los hombres, comerás lo que te den y vivirás treinta años." El Perro contesto: "Señor, seré todo lo que me pidas pero... treinta años es mucho ¿Por qué no mejor quince años? ... y Dios creó al Perro.
Dicen que Dios creó al Mono y le dijo: "Serás Mono, saltaras de árbol en árbol, harás payasadas para divertir a los demás y vivirás cuarenta años." El Mono contesto: "Señor, seré todo lo que me pidas pero... cuarenta años es mucho ¿Por qué no mejor treinta años? ... y Dios creó al Mono.
Finalmente Dios creó al Hombre y dijo: "Serás el mas inteligente de la tierra, dominaras el mundo y vivirás treinta años." El Hombre contesto: "Señor, seré todo lo que me pidas pero treinta años es poco ¿Por qué no me das también los treinta años que no quiso el burro, los quince años que rechazo el perro, y los diez años que no acepto el mono? ... y Dios creó al Hombre.
Y así es como el hombre vive treinta años como hombre, luego se casa y vive treinta años como burro, trabajando de sol a sol, cargando sobre sus espaldas el peso de la familia; luego se jubila y vive quince años como perro, cuidando la casa, comiendo lo que le den y termina viviendo diez años como mono, saltando de casa en casa de los hijos, haciendo payasadas Para divertir a los nietos....
Dicen que Dios creó al Perro y le dijo: "Serás Perro, cuidaras las casa de los hombres, comerás lo que te den y vivirás treinta años." El Perro contesto: "Señor, seré todo lo que me pidas pero... treinta años es mucho ¿Por qué no mejor quince años? ... y Dios creó al Perro.
Dicen que Dios creó al Mono y le dijo: "Serás Mono, saltaras de árbol en árbol, harás payasadas para divertir a los demás y vivirás cuarenta años." El Mono contesto: "Señor, seré todo lo que me pidas pero... cuarenta años es mucho ¿Por qué no mejor treinta años? ... y Dios creó al Mono.
Finalmente Dios creó al Hombre y dijo: "Serás el mas inteligente de la tierra, dominaras el mundo y vivirás treinta años." El Hombre contesto: "Señor, seré todo lo que me pidas pero treinta años es poco ¿Por qué no me das también los treinta años que no quiso el burro, los quince años que rechazo el perro, y los diez años que no acepto el mono? ... y Dios creó al Hombre.
Y así es como el hombre vive treinta años como hombre, luego se casa y vive treinta años como burro, trabajando de sol a sol, cargando sobre sus espaldas el peso de la familia; luego se jubila y vive quince años como perro, cuidando la casa, comiendo lo que le den y termina viviendo diez años como mono, saltando de casa en casa de los hijos, haciendo payasadas Para divertir a los nietos....
PARADOJA DE LA VIDA
En la paradoja de la vida, encontramos la luz en la oscuridad y la fortaleza en la debilidad. Es en los momentos de mayor desafío donde descubrimos nuestra verdadera capacidad de crecimiento y superación.
PARADOJA DEL AMOR
En la paradoja del amor, hallamos que al entregarnos completamente a los demás, encontramos la plenitud en nuestro propio ser. Es en el acto de dar que recibimos, y en el de perdonar que somos perdonados.
PARADOJA DEL TIEMPO
En la paradoja del tiempo, comprendemos que mientras más intentamos controlarlo, más rápido parece escaparse de nuestras manos. Solo al rendirnos ante su flujo constante, podemos apreciar verdaderamente cada momento presente.
PARADOJA DE LA FE
En la paradoja de la fe, reconocemos que en nuestra mayor duda encontramos la semilla de nuestra más profunda creencia. Es en los momentos de incertidumbre donde nuestra fe se fortalece, y donde encontramos un mayor sentido en nuestro camino espiritual.
PARADOJA DE LA BUSQUEDA DE LA FELICIDAD:
“La felicidad es como una mariposa: si la persigues, nunca la atraparás, pero si te sientas en silencio, puede que se pose sobre ti.” - Nathaniel Hawthorne
En la búsqueda de la felicidad, encontramos una paradoja intrigante. Cuanto más la anhelamos y la perseguimos de forma obsesiva, más se nos escapa. La felicidad no se puede alcanzar a través de la fuerza o la voluntad, sino que surge de manera inesperada cuando nos enfocamos en otras cosas.
La paradoja se manifiesta en varios aspectos:
1. La felicidad no es un destino, sino un camino:
Muchos creen que la felicidad es un estado final que se alcanza al cumplir ciertas metas o deseos. Sin embargo, la felicidad es un proceso continuo de aprendizaje, crecimiento y transformación personal. Se trata de disfrutar del viaje, no solo del destino.
2. La felicidad no se encuentra en la posesión, sino en la experiencia:
A menudo, asociamos la felicidad con la adquisición de bienes materiales o experiencias externas. Sin embargo, la felicidad verdadera surge de la conexión con uno mismo, con los demás y con el mundo que nos rodea. Se trata de valorar las pequeñas cosas y vivir con gratitud.
3. La felicidad no se puede forzar, sino que surge de manera natural:
La felicidad no se puede obtener a través de la presión o el esfuerzo excesivo. Cuando nos obsesionamos con ser felices, paradójicamente, generamos ansiedad y frustración que bloquean la posibilidad de alcanzarla. La felicidad surge de manera natural cuando nos encontramos en un estado de paz interior y armonía con nosotros mismos.
4. La felicidad no se encuentra en la negación de las emociones negativas:
Pretender ser siempre feliz y negar las emociones como la tristeza, la ira o la frustración es una estrategia contraproducente. La felicidad no implica la ausencia de emociones negativas, sino la capacidad de aceptarlas y gestionarlas de forma saludable.
Encontrar la felicidad implica:
- Aceptar la paradoja: Entender que la felicidad no es un estado permanente ni un objetivo final, sino un proceso continuo.
- Enfocarse en el camino: Disfrutar del presente, aprender de las experiencias y valorar las pequeñas cosas.
- Cultivar la conexión: Desarrollar relaciones significativas con los demás y fortalecer el sentido de pertenencia.
- Practicar la gratitud: Apreciar lo que se tiene y enfocarse en lo positivo.
- Aceptar las emociones: Permitirse sentir las emociones negativas y aprender a gestionarlas de forma saludable.
NOTA: Al comprender la paradoja de la felicidad y enfocarnos en el camino, podemos cultivar una vida más plena, donde la felicidad surge de manera natural e inesperada viviendo en paz y armonía.
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