Supón que un amigo te pregunta: ¿Cuáles son tus metas ahora? Y
tú respondes:
Iniciar
el pago de una casa, conocer el mar y entrar de nuevo a estudiar.
Luego te pregunta: ¿Qué estás haciendo para realizar lo que buscas?
Y tú dices: Hasta ahora no he hecho nada.
Si esa es tu respuesta, en realidad no tienes
unas metas o unos objetivos, solo
tienes vagos deseos que a nada conducirán.
Una
meta bien vista es un deseo con acción, un deseo con compromisos
que ya se están cumpliendo.
Piénsalo y mira qué cambios quieres realizar para no dilapidar tu
fuerza interna en estériles fantasías que causan frustración.
Sin
acción un sueño es solo un sueño y según el poeta Becquer
“los sueños, sueños son”. Debes
ir más allá del deseo, moverte e iniciar el camino hacia la cumbre.
Recuerda
que las crisis son parte del proceso, son aprendizajes. Para el pesimista toda meta es utópica, pero si confías y te
comprometes concretas tus sueños
Unas
metas claras y coherentes son tu apoyo para llegar muy alto. ¡Atrévete a volar
y tendrás alas!
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