No
sirve con haber estado en forma, hay que seguir haciendo ejercicio para ver los
beneficios en la salud.
Aunque tengamos las mejores intenciones, puede
resultarnos difícil incluir el hacer ejercicios en nuestra ocupada vida
cotidiana.
Hay muchas razones por las que la gente no ejercita, y
muchos conceptos erróneos sobre el ejercicio.
Aquí
te ofrecemos nueve ideas comunes sobre el ejercicio que están equivocadas y qué
dice realmente la ciencia sobre ello.
1.
Antes estaba en forma, por eso ya no necesito ejercitar
Desafortunadamente, los beneficios para la salud no duran si uno no mantiene un régimen de ejercicios.
Una reducción significativa del ejercicio o abandonarlo, puede causar una pérdida marcada de los beneficios iniciales como la resistencia y la aptitud cardiovascular.
2.
Estar activo todo el día me salva de hacer ejercicio
Estar de pie todo el día no tiene los mismos beneficios que ejercitar.
Aunque estés moviéndote todo el día, es recomendable elevar la intensidad de tu actividad física.
Estar de pie y moviéndote todo el día quiere decir que tienes un nivel de actividad física elevado. Esto contribuye a tu salud.
Para optimizar los beneficios para tu salud, aumenta el nivel de ejercicio -lo suficiente como hacer que traspires un poco- a al menos 150 minutos por semana, cada vez que sea posible.
3.
El ejercicio se debe hacer por diez minutos o más, sino es una pérdida de
tiempo
La buena noticia es que lineamientos recientes han eliminado la necesidad de hacer actividad física en ráfagas de 10 minutos.
No hay un umbral mínimo para los beneficios a la salud. Por lo tanto, haz tareas diarias activas, como llevar bolsas de compras pesadas y trabajos vigorosos en el hogar o el jardín, para mejorar su salud.
Trata de hacer "píldoras" de ejercicio, como por ejemplo cinco sets cortos de actividad (que pueden durar desde medio minuto a dos minutos) durante el día, que pueden consistir por ejemplo en subir escaleras a una intensidad suficiente como para dejarte levemente sin aire.
4.
Tengo una enfermedad crónica, por eso debo evitar el ejercicio
Eso no es así. Ser más activo es beneficioso para una serie de condiciones crónicas incluidas el cáncer, las enfermedades coronarias y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Subir escaleras es una buena forma de aumentar tu actividad física
Sé tan activo como tu condición te lo permita, apuntando a 150 minutos por semana de actividad moderada, siempre que sea posible.
Si tienes problemas de salud complejos, consulta con tu médico antes de
empezar un nuevo régimen de ejercicios y asesórate con un fisioterapeuta
u otros profesionales expertos en ejercicio.
5.
Soy muy viejo para hacer ejercicio
Eso no es verdad. La evidencia muestra que el envejecimiento por si solo no es una causa importante de problemas hasta que tienes más de 90 años.
La edad no es excusa para dejar de hacer ejercicio
Y la fuerza y el poder de la masa muscular puede aumentarse incluso a esta avanzada edad.
Idealmente, si tienes más de 65 años, incluye ejercicios aeróbicos, de equilibrio y fortalecimiento muscular.
6.
El ejercicio me hará más delgado
No necesariamente. Debes combinar restricción calórica con actividad física para lograr perder peso.
Recuerda: no puedes escapar de una mala dieta.
La gente que tiene como meta una disminución de peso sustancial (más del 5% de su peso corporal) y la gente que está tratando de no volver a engordar una cantidad de peso significativa, puede necesitar hacer actividad entre moderada e intensa por más de 300 minutos por semana para lograr su objetivo.
Incluye ejercicios de resistencia para lograr un masa corporal magra.
7.
Corro una vez por semana, pero eso no es suficiente
Ten la seguridad de que cualquier cantidad de tiempo que corras, incluso una vez a la semana, genera importantes beneficios para la salud.
Hacer ejercicio no te salva de una mala dieta.
Si no tienes mucho tiempo para hacer ejercicio, incluso correr por 50 minutos una vez por semana a una velocidad inferior a 9,65 Km/h ha demostrado reducir el riesgo de muerte prematura.
Correr más no mejora necesariamente los beneficios en este sentido.
8.
Estoy embarazada, así que debo tomármelo con calma
La actividad física moderada-intensa es segura para las mujeres embarazadas que tienen buena salud en general y no representa un riesgo para el bienestar del feto.
La actividad física reduce el resigo de aumento de peso excesivo y la diabetes gestacional durante el embarazo.
9.
No me siento bien, no debería hacer ejercicio
Si tienes fiebre, te sientes muy mal, sientes dolores muy fuertes o estás exhausto, no hagas ejercicio.
En la mayoría del resto de los casos, estar físicamente activo es seguro, pero siempre escucha lo que te dice tu cuerpo y reduce la carga de ejercicio si es necesario.
Desafortunadamente, los beneficios para la salud no duran si uno no mantiene un régimen de ejercicios.
Una reducción significativa del ejercicio o abandonarlo, puede causar una pérdida marcada de los beneficios iniciales como la resistencia y la aptitud cardiovascular.
Estar de pie todo el día no tiene los mismos beneficios que ejercitar.
Aunque estés moviéndote todo el día, es recomendable elevar la intensidad de tu actividad física.
Estar de pie y moviéndote todo el día quiere decir que tienes un nivel de actividad física elevado. Esto contribuye a tu salud.
Para optimizar los beneficios para tu salud, aumenta el nivel de ejercicio -lo suficiente como hacer que traspires un poco- a al menos 150 minutos por semana, cada vez que sea posible.
La buena noticia es que lineamientos recientes han eliminado la necesidad de hacer actividad física en ráfagas de 10 minutos.
No hay un umbral mínimo para los beneficios a la salud. Por lo tanto, haz tareas diarias activas, como llevar bolsas de compras pesadas y trabajos vigorosos en el hogar o el jardín, para mejorar su salud.
Trata de hacer "píldoras" de ejercicio, como por ejemplo cinco sets cortos de actividad (que pueden durar desde medio minuto a dos minutos) durante el día, que pueden consistir por ejemplo en subir escaleras a una intensidad suficiente como para dejarte levemente sin aire.
Eso no es así. Ser más activo es beneficioso para una serie de condiciones crónicas incluidas el cáncer, las enfermedades coronarias y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Subir escaleras es una buena forma de aumentar tu actividad física
Sé tan activo como tu condición te lo permita, apuntando a 150 minutos por semana de actividad moderada, siempre que sea posible.
Eso no es verdad. La evidencia muestra que el envejecimiento por si solo no es una causa importante de problemas hasta que tienes más de 90 años.
La edad no es excusa para dejar de hacer ejercicio
Y la fuerza y el poder de la masa muscular puede aumentarse incluso a esta avanzada edad.
Idealmente, si tienes más de 65 años, incluye ejercicios aeróbicos, de equilibrio y fortalecimiento muscular.
No necesariamente. Debes combinar restricción calórica con actividad física para lograr perder peso.
Recuerda: no puedes escapar de una mala dieta.
La gente que tiene como meta una disminución de peso sustancial (más del 5% de su peso corporal) y la gente que está tratando de no volver a engordar una cantidad de peso significativa, puede necesitar hacer actividad entre moderada e intensa por más de 300 minutos por semana para lograr su objetivo.
Incluye ejercicios de resistencia para lograr un masa corporal magra.
Ten la seguridad de que cualquier cantidad de tiempo que corras, incluso una vez a la semana, genera importantes beneficios para la salud.
Hacer ejercicio no te salva de una mala dieta.
Si no tienes mucho tiempo para hacer ejercicio, incluso correr por 50 minutos una vez por semana a una velocidad inferior a 9,65 Km/h ha demostrado reducir el riesgo de muerte prematura.
Correr más no mejora necesariamente los beneficios en este sentido.
La actividad física moderada-intensa es segura para las mujeres embarazadas que tienen buena salud en general y no representa un riesgo para el bienestar del feto.
La actividad física reduce el resigo de aumento de peso excesivo y la diabetes gestacional durante el embarazo.
Si tienes fiebre, te sientes muy mal, sientes dolores muy fuertes o estás exhausto, no hagas ejercicio.
En la mayoría del resto de los casos, estar físicamente activo es seguro, pero siempre escucha lo que te dice tu cuerpo y reduce la carga de ejercicio si es necesario.
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