La
vida es una realidad maravillosa que no deja de sorprendernos. Cuantos más
datos nos proporcionan la ciencia y la experiencia humana, mejor podemos
comprender que la vida del hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, es un
misterio que desborda el ámbito de lo puramente bioquímico; efectivamente, es
algo que va mucho más allá de nuestras expectativas y progresos meramente
humanos.
En su constante progreso la ciencia afirma, cada vez con más fuerza, que
desde la fecundación tenemos una nueva vida humana, original e irrepetible, con
una historia y un destino únicos. ¿Ya sabes cuál es tu historia y cuál
es tu destino último?,¿de dónde vienes y a dónde vas? Toda vida tiene que ser acogida, respetada y amada:
es compromiso de todos acoger
la vida humana como don que se debe respetar, tutelar y promover, mucho
más cuando es frágil y necesita atención y cuidados, sea antes del nacimiento,
sea durante la misma vida, sea al final de su camino...
Voy
a seguir creyendo, aun cuando la gente pierda la
esperanza.
Voy
a seguir dando amor, aunque otros siembren odio.
Voy
a seguir construyendo, aun cuando otros destruyan.
Voy
a seguir hablando de Paz, aun en medio de una guerra.
Voy
a seguir iluminando, aun en medio de la oscuridad.
Y
seguiré sembrando, aunque otros pisen la cosecha.
Y
seguiré gritando, aun cuando otros callen.
Y
dibujaré sonrisas, en rostros con lágrimas.
Y
transmitiré alivio, cuando vea dolor.
Y
regalaré motivos de alegría, donde solo haya tristezas.
Invitaré
a caminar, al que decidió quedarse.
Y
levantaré los brazos, a los que se han rendido.
Porque en medio de la desolación, siempre habrá un niño que nos
mirará esperanzado, esperando algo de nosotros; y aun, en medio de una
tormenta, por algún lado
saldrá el sol; y en medio del desierto, crecerá una planta.
Siempre
habrá un pájaro que nos cante, un niño que nos sonría y una mariposa que nos brinde su
belleza.
Pero... si algún día ves que algún ser querido no sonríe,
o calla, sólo acércate y
dale un beso, un abrazo, o regálale una sonrisa, con eso será
suficiente; seguramente la vida le habrá abofeteado y le sorprendió por un
segundo.
Solo
un gesto tuyo, hará que vuelva al camino. Nunca lo olvides...
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