Quizás sea muy tradicional y siga creyendo en los príncipes y princesas azules,
de que el amor dura toda una vida, quizás he visto demasiadas películas
románticas de Hollywood , pero estoy alucinado al descubrir una nueva tendencia
de ser pareja que se esta empezando a difundir como la pólvora: estar separados para pasar mas tiempo juntos. La verdad parece un
trabalenguas pero les explico:
Tradicionalmente
es normal y habitual echar de menos al ser amado, querer estar el mayor tiempo
posible con el/ella, querer convivir juntos, pero actualmente muchas parejas
están optando por todo lo contrario para que la relación sea sana y duradera y
conservar su independencia.
Si utilizamos la lógica si se comparten menos momentos
hace que los momentos en los que se esta juntos se aprovechan mas, rompiendo así la rutina y monotonía de
la vida de cada uno e incluyo hay mayor deseo y apetencia sexual.
La tendencia se denomina Stayover y es la nueva forma de
ser pareja: convivir, pero en casas separadas
Casos:
Hace ocho años que Paz Echaurren (30) y Francisco Aguirre
(32) son pareja. Comparten llaves, salen de vacaciones y van al supermercado
juntos. Parecen una pareja convencional, excepto por una cosa: no viven juntos.
Alternan durante la semana entre su hogar y el de su pareja, al punto de que
Paz tiene en el departamento de Francisco todo lo necesario para llegar:
pijama, cepillo, ropa, libros, revistas y sus audífonos. El, fanático de los
videojuegos, mantiene en la casa de ella su consola. Son exponentes de una
nueva forma de entablar relaciones de pareja entre los jóvenes chilenos: los
"stay over" o convivientes puertas afuera.
Se trata de parejas jóvenes, de entre 25 y 35 años, que
duermen bajo el mismo techo entre tres y seis noches por semana, aunque
mantienen casas o departamentos separados. Este arreglo les sirve como una
conveniente alternativa para no involucrarse en relaciones de mayor duración y
compromiso, como la convivencia y el matrimonio.
Un estudio de la U. de Missouri (EE.UU.) mostró que cada
vez más jóvenes optan por esta modalidad de relación. Es una generación
pragmática, que se muestra escéptica ante las relaciones de pareja, temerosa
del compromiso que implica y no disponible para transar su libertad por una
vida bajo el mismo techo.
El modelo aparece frecuentemente como un tipo de vínculo
que está cambiando el concepto de vida en pareja. "La sociedad no lo
sanciona y, al contrario, lo reconoce como una posibilidad de vida en
pareja", asegura.
El fenómeno está fuertemente asociado a un miedo
generalizado al compromiso en la juventud, originado en lo que han visto.
"Es una generación que creció viendo malas experiencias de relaciones de
pareja y fracasos matrimoniales de sus padres".
"Si bien a los jóvenes les interesa tener una
pareja, les es más importante mantener sus espacios individuales. Por eso
acotan estas relaciones en función de su libertad y desarrollo".
Los jóvenes rehúyen compartir hogar para no transar
aspectos como hacer un posgrado, viajar con amigos o simplemente ver televisión
a su gusto.
Otro ejemplo:
Felipe (30) y Pilar (27) son ingenieros comerciales,
compañeros de trabajo y pololos. Ella vive en Providencia y él en Las Condes.
Se turnan durante la semana para alternar la casa en la que se quedan, lo que
les permite llegar juntos a su oficina. Cuando ella va a su casa, él cocina,
pone la mesa y atiende a la "visita". Cuando él va a la de Pilar, los
papeles se invierten.
La dinámica de dueño de casa tiene ventajas, como elegir
el lado de la cama: a los dos les gusta el izquierdo.
Aguilera dice que este aspecto es uno de los pilares del
fenómeno: la igualdad de sexos. "Es una reconfiguración de los atributos
de género, la mujer tiene tantos derechos como el hombre".
Para algunos expertos este modelo no sólo es
recomendable, sino que, asegura, prosperará en el futuro, porque permite a las
parejas respetar sus individualidades, espacios y pasatiempos. Aunque otros reconocen
que seguirían eternamente con el sistema, la mayoría espera vivir juntos o
casarse a futuro. Pero sin dejar la clave de su éxito como pareja: juntos, pero
no revueltos.
Yo soy amante de lo clásico, no entiendo una pareja que no comparta y no
conviva juntos el mayor tiempo posible, incluso pienso que este tipo de parejas
potencia la infidelidad mas que aumentar el cariño y la pasión.
¿Qué opina de esta tendencia?
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