Es impresionante cómo los humanos eligen saturarse de dolor antes de
decidir hacer un cambio y exclamar: “Ya me cansé de sufrir”.
Se habla de “tocar fondo” y cada ser elige en qué oscuro,
profundo y lóbrego laberinto quiere permanecer.
Es dura la sensación de impotencia cuando ves cómo alguien que amas
se estrella sin tomar consciencia y no puedes hacer nada.
Hay adictos que ni siquiera durmiendo en un andén y aguantando hambre
buscan ayuda.
Necesitan sufrir más.
¿Por qué se elige sufrir hasta límites
sobrecogedores? Hay muchas razones y algunas tienen que ver con un pasado complicado.
Cuando un árbol no da buenos frutos el mal casi siempre está en sus
raíces y las del humano están en su infancia.
Por eso todo mejora cuando sanas lo que sea necesario con papá y mamá, comprendes y sueltas lo que cargas.
Es lo que se hace en Constelaciones Familiares.
Si se hace bien, todo fluye de
un mejor modo.
Exclama mucho: “Ya me cansé de sufrir”.
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