En una
isla vivían todos los sentimientos: alegría, tristeza, el amor y un día les
avisaron que la isla se iba a hundir.
Salieron
en sus barcos, pero el amor se quedó, porque amaba la isla y quería
estar más con ella.
Luego antes de ahogarse pidió ayuda a la riqueza:
"Llévame contigo".
Y ella dijo: "No puedo, llevo oro y plata en mi barco, no hay espacio".
Entonces dijo a la vanidad: "Por favor ayúdame" No te puedo ayudar, amor,
estás mojado y arruinas mi barco nuevo.
La
tristeza le dijo "Ay, estoy tan triste que prefiero ir sola", y
la alegría estaba tan alegre que ni siquiera oyó al amor.
El amor
comenzó a llorar, pero oyó una voz: Ven, amor, yo te llevo en mi nave.
Era una anciana sonriente.
Al llegar a tierra firme el amor preguntó a la
sabiduría: ¿Quién me
trajo?
Ella
respondió: La paciencia.
¿Sabes por qué? Porque solo la paciencia es capaz de ayudar y entender al amor.
Y ella dijo: "No puedo, llevo oro y plata en mi barco, no hay espacio".
Era una anciana sonriente.
¿Sabes por qué? Porque solo la paciencia es capaz de ayudar y entender al amor.
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