1. Dedica cada día al menos
una media hora a alimentar tu alma.
Hay que crear un hábito.
2. Lo haces dedicando buen
tiempo a lecturas inspiradoras, rituales, cantos espirituales y
oraciones o meditar.
3. Vive en comunión de
amor con Dios durante el día, no es rezar de modo mecánico un ratico en
la mañana y/o en la noche.
4. Es fácil si a lo largo del día hablas con Dios y le expresas tu amor, le das gracias y lo
alabas y bendices.
Ejemplos: Dios mío, gracias
porque me amas.
Padre te alabo.
Señor, eres todo para mí.
Te bendigo Dios de amor.
Dios, eres mi luz y mi paz,
gracias.
5. Dar gracias a Dios te
alegra, acrecienta el amor, aviva la esperanza y mejora tu estado
anímico y tu salud.
6. Crea el buen hábito de
meditar porque mejora tu comunión con Dios y tu vida.
Busca meditaciones guiadas en
Youtube
7. Vive en vibración de
amor y compasión.
Cada día más amoroso, más consciente, más coherente, más
servicial y más humilde.
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