1.
No creas a nadie y cree a todo el mundo. En otras palabras, cree lo que
tal o cual persona te hayan dicho. Ellos piensan realmente que lo que han dicho
es verdad, y desde su perspectiva es verdad. Sin embargo, recuerda que siempre,
siempre, siempre existe
otra versión de la historia. Por tanto, no les creas. Frena y muérdete la
lengua.
2.
Recopila todos los hechos. No confundas los hechos con la palabra de
nadie. Averigua lo que
sucedió realmente consultando a tantas personas como sea posible.
3.
Acude a la fuente. Por el amor de Dios, ten la valentía y la gracia y el
sentido común de acudir a la fuente. Si Mildred te cotillea sobre George, acude
a George para averiguar los hechos.
4.
Concédele a todo el mundo el beneficio de la duda. Cree lo mejor, no lo peor.
Si oyes algo malo de alguien, imagina por qué lo hicieron (si es que realmente
lo hicieron) y cuáles pudieron ser sus motivaciones.
5.
Cállate. No estás
obligado a hablar ni a decirlo todo a todo el mundo. Incluso un tonto
parece sabio si guarda cerrada la boca. Habla, como mucho, la mitad de lo que
escuches.
6.
Cuestiona el chisme. No lo creas, y dile suavemente a la persona:
“¿Sabes realmente si eso es verdad?”
7.
Enfrenta ásperamente al chismoso. “¡Lo que me estás contando es
asqueroso, una murmuración destructiva! ¡Me niego a creerlo y creo que deberías mantener la
boca cerrada!”
8.
Pon tus ojos en la verdad. ¿Por qué perder tu tiempo en murmuraciones
idiotas e inútiles?
9. Piensa
en los demás. ¿Sabes por qué te gusta murmurar? Porque te hace sentir
superior. Murmuras negativamente de otros porque crees que eres mejor que
ellos. Así que estás
dispuesto a envenenar y destruir sus vidas para sentirte bien por unos
momentos. ¡Qué asco!
10.
Reza por las personas involucradas. Ofrece como sacrificio una
jaculatoria: Señor, ten piedad.
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