A lo largo de los años de
tu vida, vas ganando sabiduría día tras día. No permitas que tu sabiduría
quede atrapada en cosas sin importancia, o en viejas o en malas experiencias.
Cada nuevo día puedes
utilizar esa sabiduría acumulada, que siempre será importante para
tu presente.
El hecho es que ya tienes una experiencia y una sabiduría que te sirve para saber qué
hacer, qué evitar, qué opinar y qué decidir. Piensa bien y presta atención a
tu conciencia.
Si algo te parece demasiado bueno como para ser verdad, es
probable que lo sea. En
lugar de esperar a estar seguro, desconfía, consulta y luego investiga bien si
esto es cierto.
Tus éxitos, tus derrotas,
tus desilusiones y tus alegrías, todo te sirve para tomar las mejores
decisiones.
Tu vida mejora cuando aprendes de ella, cuando reflexionas sobre tus experiencias, cuando te asesoras muy bien de
las personas indicadas y cuando haces un buen uso de lo que has aprendido.
Tus experiencias son
ahora un tesoro de sabiduría, que llevarán tu vida en una dirección exitosa de paz y
armonía.
Pídele a Dios que
te ilumine el camino.
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