Eres más libre cuando menos necesitas,
cuando te amas y le pones
un límite a tus ambiciones.
No
te dejas aprisionar por lo que posees, compartes y eres generoso y desprendido.
Jesús iba a los banquetes y, al mismo
tiempo, vivía con lo mínimo, con pobreza espiritual y material.
Y es bueno recalcar esto porque tú puedes tener sin ser esclavo
de las cosas o tener carencias envidiando riquezas.
Dar.
El universo se rige por una ley de
abundancia y por otra ley en
la que siempre recibes cuando das y te das.
Pobreza
espiritual es servirse de las cosas sin apegos,
sin que ellas te deslumbren y te aparten del buen Dios.
Es
confiar totalmente en el Padre que nutre las aves y los peces y que nunca te
deja caer.
¿Alguna vez te ha faltado lo
indispensable? No porque
lo necesario es muy poco.
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