Decidiste que tienes un nuevo reto por
cumplir y obviamente lo quieres lograr, y también puede haber algún mal hábito
que quieras eliminar, para lograr ambos casos, 21 días son suficientes y ahora
te explicamos por qué. Cuando deseas crear un hábito nuevo, y más aún si deseas
cambiar un mal hábito, como hacer ejercicio o alimentarte correctamente, se
requiere un poco de disciplina y compromiso, pero no casi tanto como hacer un
cambio permanente. Toda privación que se percibe es sólo temporal, por lo que
es necesario fijarse metas a corto plazo.
Maxwell
Maltz, un reconocido cirujano plástico de la Universidad de Columbia en la
década de 1950, empezó a darse cuenta de un patrón que seguían sus pacientes:
cuando les modificaba algún rasgo de la cara, por ejemplo, la nariz, les llevaba 21 días acostumbrarse al
nuevo aspecto.
Observó
también que el síndrome del miembro fantasma en los amputados seguía el mismo
patrón de los 21 días. “Estos y muchos otros fenómenos observados comúnmente
tienden a mostrar que se requiere
de un mínimo de 21 días para que una imagen mental establecida
desaparezca y cuaje una nueva”, escribió Maltz en su libro Psycho-Cybernetics
(Psico Cibernética: el secreto para mejorar y transformar su vida), un libro de
autoconocimiento que habla del potencial humano, publicado por primera vez en
1960 y que ha vendido varios millones de copias.
Según
Maltz, actuamos y sentimos
no de acuerdo con la realidad, sino a la imagen que nos hemos formado de ella.
Los hábitos, buenos o malos, se moldean del mismo modo.
La imagen que las personas tienen de sí
mismas y las conductas que han creado, guardan estrecha relación entre sí. Al cambiar la imagen,
seguramente cambiarán los hábitos.
El cerebro es un órgano moldeable y
cada destreza aprendida, lengua estudiada o experiencia vivida, reconfigura
nuestro mapa cerebral.
Pero,
¿por qué es tan difícil instaurar un nuevo hábito? “. Hay muchos factores que
fallan”, explica Mery Viñas, psicóloga y coach fundadora de Beecome (Coaching
& Training). “Lo que
quieres convertir en un hábito, debe conectarte con algo que realmente te
motive.
Solo se pueden crear con aquellos
objetivos y valores con los que te sientas alineado. No sirve de nada querer
hacer ejercicio diariamente si eso no está conectado con algo importante para
ti, por mucho que te lo recomiende el médico. Si algo no te gusta ni te apasiona, por mucho que lo
hagas muchos días seguidos —como indican algunas teorías—, lo acabarás abandonando porque
no le encontrarás el sentido. Es importante encontrar sentido a lo que
haces y hallar una respuesta a ‘¿para qué lo hago?’ y no ‘¿por qué lo hago?”.
A la pregunta de por qué es más rápido
adquirir un mal hábito frente a uno beneficioso, Viñas aclara que los nocivos producen
placer a corto plazo, y que en muchos casos preferimos la inmediatez al
beneficio que, a medio o largo plazo, puede reportar uno saludable. E insiste en que “debemos
cultivar la paciencia y saber con certeza que estás conectado con algo bueno para
ti, que estás conectado con tus objetivos y valores.
Gracias
a los valores tomamos decisiones, son la raíz por la que nos movemos y
actuamos. Cuando vas a
tomar una decisión, la pregunta que deberías hacerte es: ¿esta acción honra
alguno de mis valores o los traiciona? Si el nuevo hábito está ligado a
un valor importante para ti, no va a costarte realizarlo”.
Deepak
Chopra, médico, escritor y conferenciante, considerado el gurú por excelencia
del bienestar en EE UU y pionero en ofrecer estos retos que él centra en la
meditación.
Chopra piensa que “la aplicación de la
conciencia, en cualquier forma, a través de cosas tales como la determinación,
la disciplina, las buenas intenciones y la atención, tiene el poder de crear el
cambio”. Para
Chopra, es con la práctica meditativa con lo que se consigue ganar conciencia y control sobre lo
que hace el sistema nervioso cuando no se presta atención.
Son muchos los que ante el nuevo año se
plantean propósitos como dejar de fumar, comer de forma más saludable o hacer
más ejercicio.
Para tener éxito, Mery Viñas dice que hay que ponerse manos a la obra cuanto
antes. “No se trata de
hacer la nueva acción de forma perfecta, sino de comenzar. Luego ya irás
mejorando, pero lo importante es no postergar. Si ya has tomado la decisión,
decide una fecha y comienza”. Además de fijar un día para emprender el
viaje del cambio, Viñas recalca: “Se necesitan dos ingredientes fundamentales: la disciplina y el
compromiso.
Crear un hábito es como utilizar un músculo que hace tiempo que no
utilizas. El primer día será muy extraño e incluso aparecerán agujetas. Pero a medida que lo ejercites,
el músculo irá tomando fuerza”.
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