Hay una cita que dice: el aplazamiento es el asesino de
la oportunidad, y esta cita es verídica.
Dejamos para más tarde las cosas que creemos deberían
hacerse ya. Esto suele
deberse a la idea de que hemos de hacer las cosas a la perfección. Nos ponemos
metas tan elevadas que nos parece imposible llevarlas a cabo correctamente.
El
temor al fracaso nos hace encontrar maneras de aplazarla. Esto puede
provocar sentimientos de culpa y dura autocrítca, lo cual nos hace sentirnos aún
menos capaces de realizar la tarea y entonces continuamos dejándola para
después.
Una
manera de vencer esta tendencia a aplazar es fijarse un mini objetivo. Es
decir, proponte el objetivo de trabajar en ello.
Podemos poner un ejemplo: 15 minutos; una vez que haz
trabajado los 15 minutos habrás cumplido tus objetivos y puedes sentir la
satisfacción de haber hecho todo eso.
Una
cosa que puedes hacer es activar la ley de la inercia que consiste en que
cuando estamos inmóviles nos cuesta ponernos en marcha, pero una vez estemos en
movimiento, es fácil continuar.
La vida por metros es dificil pero por centímetros es
facilísima.
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