El
último informe de la Organización para la Alimentación y la Agricultura de
Naciones Unidas (FAO, por sus siglas en inglés) sugiere que la ganadería es
responsable del 14,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero
producidas por el hombre: la misma cantidad generada por todos los autos, aviones, barcos y
trenes del mundo.
Si eso no fuera lo suficientemente alarmante, se estima que el consumo de
carne se doblará en los próximos 40 años a medida que haya más gente
rica en todo el mundo. ¿Cómo lo soportará el planeta?
Una
sola vaca puede escupir hasta 500 litros de metano por día. Multiplicado por
los 1.500 millones de vacas que hay en el mundo, es un montón de gas.
Y tiene un enorme impacto medioambiental porque el metano
es un gas de efecto invernadero 25 veces más potente que el dióxido de carbono.
Las vacas que comen hierba producen mucho metano.
El
problema es lo que comen las vacas. A diferencia de la mayoría de los
mamíferos, las vacas pueden vivir de una dieta de hierba, gracias a los miles
de millones de microbios que viven en sus muchos estómagos.
Esto microbios descomponen la celulosa del pasto en
moléculas nutritivas más pequeñas que los animales digieren, pero mientras lo
hacen, los microbios también producen enormes cantidades de gas metano
explosivo que eructan las vacas.
Ya
que la hierba es lo que alimenta esta producción de metano, una forma de
reducirla es cambiar lo que come el ganado.
En Texas hay una forma muy diferente de ganadería: miles
de vacas encerradas en recintos sin pasto alimentadas con una cuidadosa mezcla
de maíz, grasa, antibióticos y hormonas de crecimiento.
Es una ganadería es "más verde" que criar vacas
en las praderas: al ser más eficiente, tiene menos impacto medioambiental.
La
carne de vaca es la que más impacto ambiental produce.
Esta
dieta a base de una fórmula científica supone que sus vacas ganan peso más
rápido y producen mucho menos metano que el ganado criado de forma tradicional.
Según algunos estudios, la carne producida de este modo
emite hasta 40% menos metano que el ganado alimentado con hierba.
En
términos de emisiones, la ganadería intensiva alimentada con granos puede ser
la más amable con el medio ambiente.
¿Qué más podemos hacer, entonces, para reducir el impacto
medioambiental de la carne que comemos?
Podemos
elegir qué animales comer. Pero no todos los animales producen carne de igual
forma.
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