La
humildad es algo sorprendente. Si antepones primero a los demás, es una
excelente manera de llegar a ti mismo.
Cuando tu te niegas a ufanarte por las cosas buenas que
haces, otros estarán mucho más dispuestos a trabajar contigo. Cuando tu no sientas miedo de
admitir que no lo sabes todo, otros estarán encantados de ayudarte a aprender.
El orgullo exagerado nunca te permitirá lograr
impresiones positivas de los demás. Se hace ver absurdo e inseguro.
Elije
mirar con regularidad la vida desde la perspectiva de otras personas.
Haz lo que sea mejor, no sólo para ti, sino mejor para todos.
Es casi imposible lograr un verdadero éxito si estás
centrado sólo en ti mismo. Lo
mejor que puedes hacer por ti es considerar lo que sea mejor para todos los
demás.
Recuerda que la verdadera grandeza no tiene que ser
anunciado, o con ser famoso. Vive
con humildad, con compasión y con un propósito positivo, y alcanzarás así la
verdadera grandeza.
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