No pierdas tu tiempo ni gastes tu energía haciendo cosas
que no quieres hacer. Pon todo
tu esfuerzo en hacer cosas por las que sientas pasión.
Debes estar dispuesto a hacer las cosas que realmente
quieres. Así que en vez de
trabajar contra tus deseos, debes hacer una conexión entre esos deseos, los dones
que Dios te ha dado y lo que estés trabajando.
Las tareas que te gustan y te parecen relevantes son las
tareas que debes realizar. Recuerda
por qué es importante hacer lo que haces y te encontrarás a ti mismo haciéndolo
con la excelencia.
En lugar de quejarte de que lo que no te importa, esfuérzate para que la tarea te
importe.
En lugar de asumir que tu trabajo no tiene sentido, debes darle sentido. Ofrécele a Dios tu trabajo.
Toma la decisión de disfrutar y encontrarle satisfacción a todo lo que haces.
Si haces esto no sólo vas a sentirte bien, sino que vas a ser feliz.
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