Estudios
recientes demuestran que la clave para vivir más dependería de una proteína
cerebral cuya producción se asocia con una dieta baja en calorías.
Una investigación de la Universidad de Washington,
publicada por la revista biomédica estadounidense Cell Metabolism, asegura que la sirtuina, una
proteína que se produce en el cerebro, aumenta la posibilidad de vivir más años
porque retrasa el envejecimiento.
La sirtuina actúa como una enzima que protege la célula y
retrasa su muerte cuando falta alimento. Por ejemplo, cuando un animal produce
sirtuina, el cerebro vive más aun si deja de comer.
Esta
enzima puede mejorar la memoria y la capacidad intelectual, por eso los
médicos creen que con la sustancia se pueden hacer fármacos contra el Alzheimer
y otros trastornos cerebrales.
Algunos medicamentos podrían ser elaborados con la
sustancia en el futuro, pero aún falta realizar muchas pruebas científicas para
que esto ocurra.
Mientras esto sucede, una dieta baja en calorías puede
hacer que las personas vivan más. “Hemos identificado el mecanismo por el cual una proteína específica
llamada SIRT1 (sirtuina) consigue provocar en el cerebro un retraso significativo
en el envejecimiento y el aumento de la longevidad. Ambos factores se
han asociado con una dieta baja en calorías”, asegura Shin-ichiro Imai,
investigador principal del estudio.
Imai, de origen japonés, experimenta con los efectos de
la sirtuina en ratones de laboratorio. La prueba consistió en dividir a los
animales en dos grupos: el grupo A fue modificado genéticamente para producir
la sustancia en los tejidos corporales, mientras que el grupo B, para producirla en el cerebro.
El estudio concluyó que “solo los animales que produjeron
sirtuina en el cerebro tuvieron una vida más prolongada, al igual que los
ratones normales criados en regímenes de restricción de calorías en la dieta”.
Además, la proteína fortaleció el esqueleto de los ratones
y los hizo conciliar mejor el sueño. Según cálculos de Imai, el promedio de vida de los
ratones machos aumentó en un 9 %, mientras que para las hembras fue del 16 %.
Li- Huei Tsai, profesor de Neurociencia e investigador
del Instituto Médico Howard Hughes, asegura que “la sirtuina y sus efectos
sobre la función del cerebro, incluyendo el aprendizaje y la memoria,
representan un nuevo papel y algo sorprendente. Estas sustancias están asociadas con la longevidad, las
vías metabólicas, la restricción calórica, la estabilidad del genoma y muchas
cosas más”.
La industria experimenta en medicamentos con sirtuina.
Glaxo Smith Kline, empresa británica de productos farmacéuticos, invirtió mil
millones de dólares a comienzos de este año en el laboratorio de biología
molecular del envejecimiento de la Universidad de Harvard, afirmó David
Sinclair, director del laboratorio.
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