Amoroso Dios, eres rey de reyes, señor
de señores, amor sin fronteras, paz maravillosa y amigo siempre fiel.
Eres ese sol que nunca se
oculta, eres la fuente creadora y un manantial inagotable de paz.
Eres, Dios mío, el amor de
los amores, el sentido de la vida, la compasión sin fin y la bondad que
enamora.
¡Ay! Amado Dios, eres amor
total, pero algunos enseñan a tenerte temor, eres compasivo y te
presentan como juez.
Nadie te puede ofender y
todo lo comprendes, pero nos dicen que te pidamos perdón sin que lo
necesites.
Sí, son tantas las creencias que conviene desechar.
Creencias creadas por los humanos y que no vienen de ti.
Gracias, Dios Madrepadre, por darme la luz y el coraje para liberarme de todas ellas y poder amarte
sin temor.
Gracias por permitirme
inspirar a otros de modo que te conozcan tal cual eres, te amen y te
lleven siempre en su corazón.
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