A un sabio maestro le pidieron en cierta ocasión que resumiera en siete
palabras toda la sabiduría.
El maestro sonrió y dijo: no lo voy a hacer
con siete palabras sino
con tres: amor, aceptación y desapego.
Y el sabio hombre agregó: el problema es que el ser humano
ya conoce esto, pero no lo siente.
¿Qué necesita para sentirlo? Casi siempre
una experiencia dolorosa que lo despierta y lo reubica.
Solo en graves apuros una persona deja sus
delirios, su ego, su ambición y hace cambios positivos.
Lo ideal es que sin sufrir acojas a dos buenos amigos: desapego y aceptación y alejes a dos rivales: egoísmo e incomprensión
Si un paralítico acepta su drama ¿por qué tú no convives
serenamente con hechos menos graves?
Un amor real y la conciencia de ser peregrino son tus fuerzas para
aceptarse, aceptar y desapegarte. Ese es el arte de vivir.
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