Abrirse
al otro.
La
intimidad requiere ser vulnerables, nos convierte en vulnerables. Si me abro a
ti, tú sabes que me puedes hacer daño, me expongo ante ti. Lo lógico es que
aunque lo sepas, tú que me amas no lo hagas.
Pero a veces no ocurre así.
Cuando el otro sin querer nos hiere, en vez de mostrar
nuestra vulnerabilidad abiertamente, nos defendernos con un ataque. Como fieras
heridas atacamos los puntos débiles del otro, allí donde sabemos que hacemos
daño.
Es algo que en un estado normal no haríamos y nos parecería
poco más que miserable.
Nuestro niño herido
al que al que privaron de la aceptación salta, ataca, habla y culpa.
Existe
otra opción: la de la honestidad, la de mostrar nuestro dolor y decir cómo, porque
‘y cuanto nos sentimos de heridos, como hemos interpretado nosotros a través
del filtro de la emoción aquello que ha dicho o hecho nuestra pareja.
Probablemente entonces el otro se abrirá, se retirará de su
esquina del ring y se acercará a nosotros y abrirá también su corazón y nos
contará como se ha sentido él para actuar así.
Lo importante es que el ataque dejará paso al acercamiento,
a dialogar en un mismo idioma.
Es importante que el otro sienta nuestra honestidad y para
eso debemos aceptar quelas emociones son nuestras, no culpabilizar al otro y no
utilizar el victimismo sino estaríamos manipulando.
La
manipulación es algo que utilizamos frecuentemente en nuestra vida para
conseguir aquello que queremos. La manipulación es no ser honestos con la otra
persona, es no decir la verdad.
Aprendemos desde niños a que si lloramos, la mayoría de
veces nos dan aquello que reclamamos y que de otra manera no nos daban,
aprendemos a mentir para conseguir lo que queremos, aprendemos a utilizar los
sentimientos del otro en beneficio nuestro. El chantaje emocional.
La manipulación se usa mucho en nuestras relaciones de
pareja porque nos ha funcionado durante mucho tiempo, a veces esta manipulación
es tan inconsciente, tan mecánica que ni siquiera nosotros mismos nos damos
cuenta que lo hacemos.
La manipulación es también no expresar nuestros deseos de
una manera abierta, si nos apetece compartir un rato con nuestra pareja no lo
decimos tal cual es,” me apetece estar contigo ahora sino que hacemos al otro
sentirse culpable por marcharse y decimos “me dejas solo, nunca estamos
juntos”.
La
manipulación es falsedad.
Observar nuestras manipulaciones voluntarias y aprender a
darnos cuenta de las involuntarias hará que la relación sea mucha más autentica
y nosotros también.
Es
increíble cuanto podemos crecer y aprender en nuestra relación de pareja. Qué
oportunidad se nos brinda para conocernos mejor. Esto es porque como dije al
principio cuando estamos en pareja nos abrimos, y en ese estado en el que pocas
veces estamos con otra persona surge lo mejor y peor de nosotros, pero que
bueno es…que salga….
Y
darnos cuenta, y mejorarlo y una vez más crecer. La intimidad nos hace crecer.
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