Enriqueta Compte y Riqué fundó, en
Uruguay, el primer jardín de infantes público de América Latina.
"Se debe dejar crecer, dejar pensar, dejar hacer, y no intervenir contra el crecimiento, el pensamiento y la acción".
Bajo
esa idea, Enriqueta Compte y Riqué fundó en Uruguay el primer jardín de
infantes público de América Latina en 1892 y contribuyó de forma decisiva a la
enseñanza preescolar pública en el país sudamericano y en toda la región.
Pero el legado de esta educadora va
mucho más allá. Algunos planteamientos que aún a día de hoy se consideran
revolucionarios ella ya los implantaba en su jardín de infancia a principios de
siglo XX, con métodos que resaltaban el individuo y la creatividad de los
niños.
Pionera
en América Latina
"Sin duda, Enriqueta Compte y Riqué es una de las precursoras de la educación latinoamericana, y sobre todo de la educación de la primera infancia", dijo la investigadora Elizabeth Ivaldi, autora de varios artículos sobre la figura de esta precursora latinoamericana.
"Todos los alumnos tienen
talento": qué está aprendiendo América Latina de la educación en Finlandia
Nacida en Barcelona, España, en 1866, Compte y Riqué llegó con su familia a Uruguay en 1873.
Compte
y Riqué nació en Barcelona y llegó con su familia a Uruguay en 1873.
Con solo 19 años obtiene el título de maestra en 1884, cuatro años después viaja a Europa junto con otros dos maestros seleccionados por el gobierno uruguayo.
Durante
su recorrido por Bélgica, Alemania, Holanda, Francia y Suiza, la educadora
uruguaya entra en contacto con el sistema froëbeliano.
El
científico alemán Friedrich Fröbel creó el concepto de kindergarten (jardín de
niños) y acuñó el término en 1840. El kindergarten de Fröbel se basaba en un sistema de juegos diseñados
para que entendieran los principios sencillos en los que está basado el
universo.
El asombroso, revolucionario y olvidado
pasado del kindergarten
Desde el punto de vista del pedagogo alemán, "jugar es la expresión más alta del desarrollo humano. Es la libre expresión de lo que hay en el alma de un niño".
Compte
y Riqué incorporó ese pensamiento y tras su regreso a Uruguay funda el primer
Jardín de Infantes Público de Uruguay y toda Latinoamérica en 1892, adaptando
los principios fröebelianos a la realidad uruguaya.
"Cuando
llega a Uruguay, Enriqueta dijo que no iba a hacer una copia, sino que iba a
desarrollar un estilo propio de la educación de la primera infancia",
explica Ivaldi.
Según
un artículo de Ivaldi, las crónicas de la época describen a Enriqueta Compte y
Riqué como "una mujer
pequeña, de una ternura comunicativa que traspasaba a las personas y a las
cosas, y de una voluntad de ideas y de acción que no parecía caber en aquel
cuerpo mínimo".
"Dueña de una inteligencia
robusta, una memoria asombrosa y una imaginación exuberante se destacaba por su
modestia, su desinterés, su enorme bondad. Repudiaba la violencia pero amaba la
rebeldía constructiva".
"Enriqueta
decía que era preciso
saber reír con los niños y sentir simpatía por aquellos que miran, charlan, tocan
y desobedecen, en lugar de considerar como mejor alumno al metódico,
acartonado, vestido como si fuera un muñeco de escaparate",
escribió la experta.
Gracias
a sus libros de registro podemos saber cómo eran sus clases. En uno de ellos
escribió:
"Creemos haber tratado a los niños
como plantas de jardín y no de invernadero. Ellos están expuestos a todas las
impresiones del exterior que sufren y combaten bajo nuestra dirección, pero con
sus propios esfuerzos; la vida de la escuela solo se distingue de la que vendrá
después en que tiene más alegrías y menos contratiempos; pero de ahí se ha de partir poco
a poco; entretanto el recuerdo feliz de la infancia queda en el alma como un
amparo contra el efecto de futuras tristezas".
En el aula, uno de sus principios era
lo que llamó la lección del incidente.
"Le llamaba la lección del incidente a tomar un tema que viera que a los niños les llamara la atención, por ejemplo, un hormiguero en el patio del jardín, y desde allí elaboraba toda una lección, cuando estábamos en la época de las lecciones de los objetos, a partir del objeto el docente dictaba una clase".
"Promovía las vivencias, el
escuchar a los niños… posturas que a día de hoy nos resultan desafiantes".
Una
mujer comprometida
Además de crear el jardín de infantes, Compte y Riqué, dirigió un Laboratorio de psicopedagogía que funcionaba en su jardín de infancia y en el que se introdujeron las llamadas Biografías Escolares, en las que se detallaban aspectos del alumno como datos físicos, rasgos de personalidad, desarrollo del trabajo y capacidad mental.
"Ser maestro debe ser el trabajo
más importante del siglo XXI"
Además, también forma a los primeros maestros especializados en alumnos preescolares.
En
1929 presentó el Proyecto de creación de la Facultad de Pedagogía para cursar
las carreras de maestro y de profesor. "Con la Pedagogía tratamos de ejercer influencia
sobre el alma, como los médicos tratan con la medicina, de ejercerla
sobre el cuerpo para conseguir la sana integridad de sus funciones", escribió.
Ivaldi
destaca que además dictó conferencias y cursos especiales, y actuó en casi
todos los congresos de educación que se realizaron en América.
Pero
su actividad no se detuvo en la infancia y la pedagogía.
También ejerció la presidencia de la
Sección Escolar del Consejo Nacional de Mujeres y luchó por el voto femenino en
Uruguay.
"La concesión de derechos
políticos a la mujer transformará hondamente la condición social de los pueblos.
¿Cómo no es posible concebirlo? Es indudable que será para su provecho, pues
los errores de la inexperiencia pronto quedarán compensados por el beneficio
que aportarán las cualidades femeninas, al fundirse en un mismo propósito, con
las del hombre".
Además, con el estallido de la Guerra
Civil en España, su país natal, forma parte de la Comisión para la Paz, y fue
defensora de la República y de las libertades.
Ya en
sus últimos años, acostumbraba a visitar presos en las cárceles, porque creía
que había que apoyarlos.
Afirmaba que "todos los seres
humanos nacen buenos y que solo un medio desfavorable llega a apartarlos del
bien".
A día
de hoy, su jardín de infancia sigue funcionando y lleva su nombre.
En un
parque de Montevideo, un monumento recuerda su legado: "A Enriqueta Compte
y Riqué -1866-1849- Fundó
el primer Jardín de Infantes del Uruguay- Maestra, soñó, creó, realizó con
talento y amor una obra imperecedera".
"Se debe dejar crecer, dejar pensar, dejar hacer, y no intervenir contra el crecimiento, el pensamiento y la acción".
"Sin duda, Enriqueta Compte y Riqué es una de las precursoras de la educación latinoamericana, y sobre todo de la educación de la primera infancia", dijo la investigadora Elizabeth Ivaldi, autora de varios artículos sobre la figura de esta precursora latinoamericana.
Nacida en Barcelona, España, en 1866, Compte y Riqué llegó con su familia a Uruguay en 1873.
Con solo 19 años obtiene el título de maestra en 1884, cuatro años después viaja a Europa junto con otros dos maestros seleccionados por el gobierno uruguayo.
Desde el punto de vista del pedagogo alemán, "jugar es la expresión más alta del desarrollo humano. Es la libre expresión de lo que hay en el alma de un niño".
"Le llamaba la lección del incidente a tomar un tema que viera que a los niños les llamara la atención, por ejemplo, un hormiguero en el patio del jardín, y desde allí elaboraba toda una lección, cuando estábamos en la época de las lecciones de los objetos, a partir del objeto el docente dictaba una clase".
Además de crear el jardín de infantes, Compte y Riqué, dirigió un Laboratorio de psicopedagogía que funcionaba en su jardín de infancia y en el que se introdujeron las llamadas Biografías Escolares, en las que se detallaban aspectos del alumno como datos físicos, rasgos de personalidad, desarrollo del trabajo y capacidad mental.
Además, también forma a los primeros maestros especializados en alumnos preescolares.
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