El
psicólogo Claude Steiner, protagonista del Congreso Internacional de
Inteligencia Emocional y Bienestar, defiende la importancia de identificar y
controlar las emociones para obtener efectos positivos de ellas Anima a las
personas a acariciarse, con el tacto y con las palabras, y a expresar sus
sentimientos sin miedo para ser felices. Claude
Steiner nació en Francia, pero su familia es de origen austriaco, estudió en
Estados Unidos y vivió durante mucho tiempo en México. Visitó Zaragoza para participar en el Congreso
Internacional de Inteligencia Emocional y Bienestar, en el que cientos
de expertos procedentes de todo
el mundo han trabajado en la búsqueda de la felicidad.
Considerado uno de los padres del
análisis transaccional y de la psiquiatría radical, Steiner ha estudiado en profundidad la relación
entre la información racional y las emociones, y cómo éstas influyen en
la vida de las personas. En
sus conferencias, es capaz de conseguir que el público intercambie “caricias”
en forma de halagos.
¿Qué
es la inteligencia emocional?
La inteligencia emocional está basada en la capacidad de entender nuestras propias emociones y las de otros. Eso significa no sólo identificar qué emoción sentimos en cada momento –rabia, amor, tristeza, miedo, alegría– sino además conocer su intensidad y su causa, porque las emociones no son caprichosas, siempre tienen una razón una vez capaces de entender las emociones propias y también las ajenas a través de la empatía, es importante aprender a controlarlas de forma que tengan efectos positivos, incluso si son emociones negativas, para que nos beneficien no sólo a nosotros mismos sino también a las personas a nuestro alrededor.
Llevemos ese concepto a la práctica. En España, uno de los problemas
sociales más importantes actúalmente es la elevada tasa de paro ¿Cómo
podría un desempleado controlar sus emociones de rabia y desesperación para
sacar algo positivo?
Cualquier
persona desempleada atraviesa un proceso tremendamente doloroso, sobre todo si
lleva mucho tiempo sin trabajo y llega a pensar que ya nunca lo
encontrará Estas emociones pueden aliviarse en parte pero son muy reales y es
posible que no desaparezcan uno puede sentirse mejor al reunirse con otras personas
que tienen el mismo problema. Puede compartir con otros desempleados la rabia hacia el Gobierno, la
tristeza de no poder mantener a su familia o el miedo de no volver a trabajar.
Estas emociones se pueden comúnicar para que no sean tan pesadas, pero a fin de
cuentas son reales y no se pueden evitar.
Caricias
y nuevas tecnologías
Usted propone que todas las personas vivimos en un estado continuo de hambre de caricias ¿Puede ocurrir que los mensajes de móvil y las redes sociales acaben sustituyendo a las caricias reales y recurramos a ese tipo de comúnicación para saciar ese apetito de estímulos?
El apetito de caricias es igual que el de comida, lo tenemos y no lo podemos cambiar. Si no comes, vas a morir de hambre. Si no tienes bastantes caricias, te vas a deprimir e incluso puedes morir de depresión. Las caricias son tan necesarias como la comida y la bebida. Qué va a pasar con toda la gente que esta sustituyendo caricias reales por virtuales es una pregunta importante y no sé la respuesta. Da miedo. Si no aprendes a comúnicarte personalmente, cuando llegue el momento de casarte o tener hijos, no sabrás como manejar relaciones reales en lugar de virtuales. Porque virtualmente no puedes estar casado ni tener niños. Podemos anticipar problemas debidos a este cambio, aúnque no sé cuáles serán.
Igual
que tenemos hambre de caricias, dice usted que tenemos hambre de información ¿Deberíamos marcarnos algúnos límites para no consumir toda la que
hay disponible hoy en día?
Está
claro que uno necesita aprender a filtrar la información de Internet porque
existe tal cantidad que podríamos pasarnos toda la vida viendo videos de
Youtube y nunca terminaríamos de verlos todos.
Además hay que tener cuidado, porque incluso yo he descubierto que algúnas de
las cosas que Wikipedia dice sobre mí no son ciertas. Aúnque la verdad es que es imposible corregir todo
lo que pueda haber mal, y ni siquiera es necesario.
Emociones
Universales
Desde su experiencia como psicoterapeuta en países diversos, ¿cree que las emociones son diferentes según el lugar en el que viva cada persona?
Las emociones son universales. Todo el mundo tiene emociones y
son las mismas, pero es cierto que ciertas culturas enfatizan unas sobre otras.
Hay países donde la gente es más amorosa, otros donde la gente tiene miedo,
donde la gente odia.
Son
preferencias que pasan de generación en generación. Pero las emociones son las mismas. Otra cosa es la forma de
expresarlas, y eso sí que puede variar mucho.
En sus libros define a las mujeres como
eternas guardianas de las emociones. En el siglo XXI, ¿los hombres ya dicen “te quiero”?
Más que antes pero no tanto como deberían.
El problema clásico entre
hombres y mujeres es que ellas dan amor y ellos lo reciben, pero a la inversa
no es tan fácil.
Así
que todavía queda mucho camino por recorrer, pero estamos en ello.
Cuando hablamos de educación emocional,
¿nos referimos a algo que se puede enseñar en el colegio?
Los maestros pueden tener mucha influencia, en el sentido de que pueden enfatizar las emociones que tienen los niños y animarles a expresarlas. El problema es que si en casa reciben la educación contraria, no sirve de nada. Por eso hay que educar emocionalmente a los niños, pero también a los adultos.
¿Cómo
ve el futuro de la inteligencia emocional?
Cada vez hay un entorno más acogedor para permitir a las personas que expresen sus emociones, aúnque sean difíciles, como la tristeza, el miedo o el amor, que también es una emoción muy difícil de expresar. Se va incrementando la facilidad y el permiso que damos a las personas para compartir emociones; esto es un síntoma muy positivo y creo que seguiremos por este camino.
La inteligencia emocional está basada en la capacidad de entender nuestras propias emociones y las de otros. Eso significa no sólo identificar qué emoción sentimos en cada momento –rabia, amor, tristeza, miedo, alegría– sino además conocer su intensidad y su causa, porque las emociones no son caprichosas, siempre tienen una razón una vez capaces de entender las emociones propias y también las ajenas a través de la empatía, es importante aprender a controlarlas de forma que tengan efectos positivos, incluso si son emociones negativas, para que nos beneficien no sólo a nosotros mismos sino también a las personas a nuestro alrededor.
Usted propone que todas las personas vivimos en un estado continuo de hambre de caricias ¿Puede ocurrir que los mensajes de móvil y las redes sociales acaben sustituyendo a las caricias reales y recurramos a ese tipo de comúnicación para saciar ese apetito de estímulos?
El apetito de caricias es igual que el de comida, lo tenemos y no lo podemos cambiar. Si no comes, vas a morir de hambre. Si no tienes bastantes caricias, te vas a deprimir e incluso puedes morir de depresión. Las caricias son tan necesarias como la comida y la bebida. Qué va a pasar con toda la gente que esta sustituyendo caricias reales por virtuales es una pregunta importante y no sé la respuesta. Da miedo. Si no aprendes a comúnicarte personalmente, cuando llegue el momento de casarte o tener hijos, no sabrás como manejar relaciones reales en lugar de virtuales. Porque virtualmente no puedes estar casado ni tener niños. Podemos anticipar problemas debidos a este cambio, aúnque no sé cuáles serán.
Desde su experiencia como psicoterapeuta en países diversos, ¿cree que las emociones son diferentes según el lugar en el que viva cada persona?
Los maestros pueden tener mucha influencia, en el sentido de que pueden enfatizar las emociones que tienen los niños y animarles a expresarlas. El problema es que si en casa reciben la educación contraria, no sirve de nada. Por eso hay que educar emocionalmente a los niños, pero también a los adultos.
Cada vez hay un entorno más acogedor para permitir a las personas que expresen sus emociones, aúnque sean difíciles, como la tristeza, el miedo o el amor, que también es una emoción muy difícil de expresar. Se va incrementando la facilidad y el permiso que damos a las personas para compartir emociones; esto es un síntoma muy positivo y creo que seguiremos por este camino.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios