Observa con atención la naturaleza y aprenderás valiosas lecciones de
los otros seres vivos.
Son excelentes maestros.
Mira cómo las hormigas trabajan en equipo de un modo ejemplar y cada
una cumple con su cometido del mejor modo.
Algunas pueden levantar sesenta veces su peso
cuando son cortadoras de hojas, y el camino que recorren es bien complicado.
En un hormiguero hay jardineras que cuidan
esas hojas hasta que sale
el moho que es lo que las alimenta.
Son ordenadas y cuando matan algún animal más grande lo desmenuzan, y entre varias llevan los restos a su madriguera.
Las hormigas y las abejas son las maestras de una labor comunitaria en la que el bien
común vale más que el bien individual.
Hay hormigueros conformados por varios
millones de miembros y
todos trabajan unidos buscando el bien del grupo.
Igual sucede con las abejas y un panal es un espejo de todos los
beneficios que resultan de ser uno para todos y todos para uno.
Ámate y reconoce que tu esencia es el amor y que
estás acá de paso para irradiar luz y sembrar lo mejor.
Eres sabio cuando cada día te esfuerzas por ser más consciente,
y más amoroso y más
coherente.
Aquello que ves como arduo, en realidad es un regalo para
que puedas descubrir de qué eres capaz.
Es como esa cumbre que el alpinista sueña escalar, sabe que
hay grandes obstáculos, pero
sueña con llegar a la cima.
En tu breve paso por este planeta ¿quién quieres ser?
¿El que ama e ilumina o el que odia y
esparce sombras?
Sé bien consciente de que cada elección genera una
reacción.
Por lo mismo usa sabiamente de tu libre albedrío.
Practica la religión que te lleve a ser una mejor persona o no sigas ninguna porque lo que vale es que vivas en amor.
Es mucha la energía que late en ti, y lo que necesitas es conectarte
con tu corazón y con Dios que mora en ti.
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