Un día me iré de aquí, y entonces
dejaré de abrazar a los que amo y también dejaré de pelearme con lo que no amo
tanto.
Un día ya no volveré a probar café, ni
beber vino, ni comer mis comidas favoritas, dejaré de contemplar mis atardeceres y dejaré también de escribir mis reflexiones.
Dejaré de cantar las canciones que amo,
las que, aunque desafinada, canto
con el alma.
Un
día será la última vez que
vea esa película que tanto amo. Que lea esos libros que nutrieron profundamente mi alma;
y dejaré de existir en
este cuerpo.
Simplemente todo un día habrá terminado y eso estará bien,
pues el simple hecho de, en esta encarnación, haber saboreado la vida, haber despertado mi conciencia, habrá sido
suficiente.
Un
día que desconozco pero ya existe, este viaje habrá terminado y poco habrán importado mis creencias, mis
miedos, mis errores, pero mucho habrán valido mis abrazos, mis caricias, mi
amor.
Esta
vida me ha dado más de lo
que pude haber imaginado y eso es más que suficiente para vivir agradecida lo que me
resta de vida. Esta vida me ha dado lo más preciado, la oportunidad de amar y saberme amada.
Gracias vida, por mi vida y por la vida
en esta tierra.
En
mis noches de insomnio
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