Más
allá de unos pocos hábitos compartidos, a muchas personas no se les ocurre qué
hacer cuando están solos con su pareja
Cuantas menos cosas se hacen en pareja, menos ideas
surgen para compartir momentos, aficiones y proyectos.
Hola, encantada. No sé si es un tema adecuado para que me
respondas y hagas un artículo, pero por si acaso, lo comento. Siento que mi chico y yo no nos
divertimos juntos. Nos
cuesta organizar cosas, hacer planes, encontrar algo entretenido que hacer en
pareja. A menudo hablamos de planes y convenimos en que deberíamos hacer
más cosas. Pero la realidad es que esos momentos nunca llegan.
Puede que esta percepción mía esté creciendo durante la
pandemia porque tampoco se puede hacer casi nada. Aun así, creo que con más imaginación y
ganas habría muchas opciones. Ocurre que estoy cansada de ser siempre yo
quien lo arrastro. Acabo
siendo la pesada que todo el rato propone cosas. Pero claro, tampoco me
gusta estar todo el fin de semana encerrados en casa, sin hacer nada o, como
mucho, salir a dar una vuelta. Creo que nos puede acabar dañando la relación, por eso te escribo y te
pido consejo. Muchas gracias por leerme.
Afrontar
el tiempo muerto en pareja. Todo un reto
Este tema es ideal para tratarlo ahora que estamos en
pandemia, una época en la que parece que no podamos hacer demasiadas cosas por
las limitaciones que nos imponen. Pero lo cierto es que a lo largo de mis años
de consulta de terapia de pareja me he encontrado a menudo con esta cuestión,
no es algo nuevo. Muchas
parejas no saben cómo divertirse juntas. Más allá de unos pocos hábitos
compartidos, no se les
ocurre qué hacer cuando están solos.
En mi experiencia como terapeuta, la escena se repite con mucha frecuencia. Son
parejas que relatan que sus fines de semana, o incluso los períodos
vacacionales, se han
vuelto rutinarios y aburridos. Se levantan de la cama sin ningún plan
preestablecido y se preguntan: ¿Qué hacemos hoy? A menudo, no se decide nada. Las horas van pasando,
no encuentran la manera de
compartir un momento juntos y finalmente cada uno se pone a hacer cualquier
cosa en casa sin contar con el otro.
Esta
situación acaba provocando una bola de nieve. Cuantas menos cosas se
hacen, menos ideas surgen para compartir momentos en pareja y más se acaban
distanciando.
Aunque estas vivencias suelen relacionarse con personas
que llevan muchos años juntos, en realidad no depende tanto de la duración de la relación como de la
idea que tengamos sobre qué significa vivir en pareja, así como de la
actitud de ambos miembros.
Hay
personas que sienten que la relación debe fluir, que no hay que dedicarse
demasiado a ella, y
que todo surge para bien o para mal. Si esta es la manera de entender la
pareja (y ambos comparten esta idea), será fundamental que ambos compartan aficiones y estilo
de vida, ya sea jugar a pádel, salir a tapear o acudir a actos
culturales. En este escenario sí es posible conjugar actividades y tiempo de
ocio.
Pero estos casos son los menos. Lo más probable es que cada uno tenga hobbies
distintos. Así que en la mayoría de los casos no queda otra opción que adaptarse al otro.
Una
pareja implica una dedicación a todos los niveles: la intimidad, la
comunicación, las tareas... y también el ocio. Así que si esperamos que
las propuestas salgan solas y no ponemos energía e ilusión de nuestra parte,
seguramente acabaremos cayendo en la desidia.
Los tres errores que lastran la complicidad en la pareja
1.
El primer error que acostumbro a ver es esperar al sábado, normalmente
después de desayunar, para organizar planes. En ese momento es difícil que
estemos lúcidos y con energía para elegir una actividad. Especialmente si antes
no hemos hecho el ejercicio individual de pensar en ello y no tenemos ninguna
idea para aportar. Lo
recomendable es que cada uno haya pensado cosas durante la semana, que las haya
ido comentando para ver si a la otra parte le apetece, y así ya podamos ir
priorizando opciones para facilitar la ilusión y la motivación de cara al fin
de semana
2.
El segundo error es esperar que empiece el otro a proponer cosas, o que
sea siempre le mismo miembro de la pareja quien tome la iniciativa. Cuando uno
adopta una actitud pasiva y el otro se cansa de proponer, lo que acaba
ocurriendo es que uno por otro, la casa queda sin barrer. Por otra parte, hay
que tener en cuenta que ser pareja pasa por no asumir roles predeterminados. Se trata también de coger
iniciativa cuando el otro no lo espera, planear algo divertido, sorprender.
Y tampoco es necesario
hacerlo todo juntos. Si todo lo queremos organizar en equipo, al final
acabamos anulándonos el uno al otro y consiguiendo el efecto contrario. ¿Te has
planteado cuando fue la última vez que organizaste algo o sorprendiste a tu
pareja?
3.
El tercer error es aceptar únicamente propuestas sobre todo aquello que nos
gusta mucho hacer. Si no somos flexibles y valoramos más el tiempo
compartido y tener una experiencia juntos en vez de la actividad en sí misma,
es difícil encontrar puntos en común. No se trata de hacer nada que no nos guste, pero sí de
buscar puntos medios y adaptarnos mutuamente.
Cómo cambiar las malas dinámicas:
Como
posibles ideas para cambiar las malas dinámicas recomiendo que ambos hagan una
lista de ideas para ir llevando a cabo los fines de semana o en los
momentos de ocio, y que se elija en común una opción días antes.
Otra
alternativa es que cada uno prepare una actividad de forma alterna. Es
decir, que se reparta la responsabilidad de preparar algo. Pero en este caso es importante
que quién lo organice piense en ambos, y que quien no lo haya planeado
no se niegue por defecto a participar del plan propuesto. Puede expresar lo que no le ha gustado -mejor
si se comenta luego-, pero
no estar durante toda la actividad deslizando quejas y reproches.
El
ocio en pareja es importante para alimentar la relación. Es una manera
de conectar, de ayudar a que la intimidad fluya, de sacar el niño que todos llevamos en nuestro interior
y salir de la rutina y las
obligaciones. También sirve para fomentar la comunicación y la
complicidad a través de las nuevas experiencias vividas. Así que hay que trabajar en ello, buscar
ideas y dedicarle una parte de nuestro tiempo y energía.
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