Una
mujer pasa toda su vida escalando una montaña y, por consiguiente, adquiere la
destreza necesaria; de pronto se
encuentra ante un lago.
Es una experta
escaladora, pero nunca ha visto un lago y piensa que puede aplicar las
mismas técnicas para cruzar a la otra orilla.
Pero
sus esfuerzos son inútiles y además está agotada. No sabe qué hacer hasta que ve a alguien flotando en el agua.
Muchos de nosotros
nos encontramos en esta misma situación, para llegar donde queremos
mejor flotar y dejarnos
llevar por el agua que tratar de escalar.
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