Desde
hace bastante tiempo, los científicos conocen bien que la llamada "dieta
mediterránea", rica en fruta, verdura, pescado y aceite de oliva, protege
contra el cáncer de mama.
Si realizamos una búsqueda exhaustiva en el principal
buscador de publicaciones médicas con los términos ingleses "olive
oil" y "breast cancer", obtendremos como resultado un centenar
de artículos, lo que da una impresión de la importancia, cada vez mayor, que se
le está otorgando a la relación entre el aceite de oliva y el cáncer de mama,
una de las principales causas de mortalidad de la mujer.
Muchos
de los artículos están en relación con la investigación básica, es decir, la
realizada con biomoléculas, células en cultivo o animales de experimentación.
En la gran mayoría de estas investigaciones se observa que el aceite de oliva y
sus compuestos, en especial el ácido oleico omega-9 y los polifenoles,
disminuyen la expresión del gen Her-2/neu. Este gen promueve la aparición del
tumor, por lo que la disminución de éste que producen los compuestos del aceite
de oliva protegería, de manera teórica, contra la aparición del cáncer de mama.
Sin embargo, los ensayos realizados en humanos
constituyen, indudablemente, las investigaciones con mayor validez científica.
En estudios de este tipo llevados a cabo en España, Italia y Grecia se ha
confirmado que los ácidos grasos monoinsaturados en general, y que el aceite de
oliva virgen extra en particular, protegen contra el cáncer de mama.
El
aceite de coco o manteca de coco es un aceite vegetal , que por diversos
intereses comerciales pasó casi al olvido a mediados del siglo pasado y fue
relevado por los aceites vegetales hidrogenados, que aunque dañinos para nuestra
salud, se impusieron con fuerza.
Así un producto saludable como el aceite de coco fue
sustituido por un producto modificado artificialmente, y la industria aprovechó
para hacernos creer que las grasas hidrogenadas, como las margarinas, eran más
saludables que las grasas saturadas como el aceite de coco.
Últimamente, gracias a diversos estudios realizados, el aceite de coco ha ido
recuperando su posición y se ha constatado que el consumo de grasas vegetales
hidrogenadas, también conocidas como grasas trans, es perjudicial para
nuestro organismo. La manteca de coco posee ácidos grasos de cadena media, que
no son perjudiciales para el organismo, siempre que se consuman con moderación.
A la hora de comprar un aceite de coco para utilizarlo en
tu alimentación, es importante que te
asegures de que es virgen, lo que te garantiza que no ha sido mezclado con
otras sustancias y que conserva sus propiedades. Tan sólo el aceite de coco
virgen extra se puede considerar sano para nuestra salud, ya que es el que conserva
las propiedades que te voy a mostrar a continuación.
Beneficios
del aceite de coco :
Es rico en ácido láurico, un triglicérido de cadena media
que ayuda a regular el nivel de colesterol. Igual has oído que el aceite de
coco aumenta los niveles de colesterol en sangre? lo que en realidad ocurre es
que el ácido laúrico aumenta los niveles de colesterol bueno (HDL), que es el
que se encarga de ?recoger? el colesterol (LDL) no utilizado y llevarlo al
hígado para su posterior eliminación.
Ayuda
a regular los niveles de azúcar
Estimula
el funcionamiento de la tiroides
Mejora
la digestión, evitando reflujos, acidez y digestiones pesadas
Mejora
la función intestinal y alivia síntomas asociados con el colon irritable,
enfermedad de Crohn,...
Mejora
la absorción de calcio y magnesio, contribuyendo así al desarrollo de los
huesos y a protegernos contra la osteoporosis
El
ácido láurico es necesario para que nuestro organismo produzca monolaurina que
tiene funciones anti-bacterianas, anti-víricas y anti-micóticas protegiendo a
nuestro organismo del ataque de virus, bacterias y hongos.
Aparte de estas fantásticas propiedades nutritivas, el
aceite de coco también es conocido por sus beneficios cosméticos, ya que es un
producto excelente para el cuidado de la piel y el pelo.
Ahora que ya conoces sus beneficios puedes
probar a hacer alguna receta.
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