Lo
mejor para despedir un día es remontarse al cielo con dos alas: El perdón y la
gratitud.
Cierra ciclos en paz con el pasado, perdónate sin culparte y perdona sin odios que queman y enferman.
Tu ofensor no es malo, sino inconsciente, sé comprensivo y apaga la hoguera del rencor.
Perdónate también tus errores ya que la culpa empeora todo y te roba la paz del alma y la energía.
Despide cada día que se va con una gratitud infinita por tantos beneficios y bendiciones.
Si vas más allá de lo aparente también puedes dar gracias por los supuestos fracasos.
Todo llega para el bien y cada dificultad bien asumida es una oportunidad disfrazada.
Haz un balance de todo lo bueno, anímate y recibe el nuevo día con una renovada esperanza.
Mantente abierto a crear nuevas actitudes positivas.
Ya se fueron los días oscuros del pasado que llegaron para dejar valiosas lecciones, ya que nada es casual.
Llegó el momento de abrir puertas a la alegría y a la esperanza, no claudicar y apelar a otras estrategias.
Detrás de un cúmulo de problemas hay que desentrañar lo oculto y levantar el ánimo.
El reto es despedir este día sin cargas, sin culpas y con gratitud por todo lo bueno.
Mañana será un día será excelente si así lo elegimos, no será el fin del mundo, sino el inicio de una vida mejor.
Hay que estar firmes ante los vaivenes de la realidad, liberarse de toxinas emocionales y soñar con otros horizontes.
Por encima de las nubes sigue brillando el sol y siempre hay salidas con fe y con amor.
Cierra ciclos en paz con el pasado, perdónate sin culparte y perdona sin odios que queman y enferman.
Tu ofensor no es malo, sino inconsciente, sé comprensivo y apaga la hoguera del rencor.
Perdónate también tus errores ya que la culpa empeora todo y te roba la paz del alma y la energía.
Despide cada día que se va con una gratitud infinita por tantos beneficios y bendiciones.
Si vas más allá de lo aparente también puedes dar gracias por los supuestos fracasos.
Todo llega para el bien y cada dificultad bien asumida es una oportunidad disfrazada.
Haz un balance de todo lo bueno, anímate y recibe el nuevo día con una renovada esperanza.
Mantente abierto a crear nuevas actitudes positivas.
Ya se fueron los días oscuros del pasado que llegaron para dejar valiosas lecciones, ya que nada es casual.
Llegó el momento de abrir puertas a la alegría y a la esperanza, no claudicar y apelar a otras estrategias.
Detrás de un cúmulo de problemas hay que desentrañar lo oculto y levantar el ánimo.
El reto es despedir este día sin cargas, sin culpas y con gratitud por todo lo bueno.
Mañana será un día será excelente si así lo elegimos, no será el fin del mundo, sino el inicio de una vida mejor.
Hay que estar firmes ante los vaivenes de la realidad, liberarse de toxinas emocionales y soñar con otros horizontes.
Por encima de las nubes sigue brillando el sol y siempre hay salidas con fe y con amor.
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