El
brillante escritor ruso León Tolstoi fue un ferviente creyente y decía:
"La fe es la fuerza de la Vida". Muy cierto.
Sin fe
solo hay sombras y andas bien vulnerable. Sin fe somos seres
desvalidos, sin rumbo, sin norte y con el alma mutilada.
¿Cómo aumentar la fe? Con la oración asidua, con buenas lecturas, con
meditación y con el apoyo de otros creyentes.
Un buen medio es crear el hábito de repetir
breves oraciones y breves oraciones a lo largo de la jornada:
Cada
día mi fe es más fuerte; creo más y más; mi confianza es grande; le digo sí a
la fe y no a las dudas; creo firmemente.
Dios mío, eres mi apoyo; Padre, eres mi
refugio: Jesús, eres mi Buen Pastor; amado Dios, te amo y me amas. Padre, en ti
pongo mi confianza.
Cuida tu fe porque es tu motor, es una
poderosa energía que te sostiene en los tiempos turbulentos y te saca adelante.
Ten
presente que la fe es triple: Acrecienta cada día la fe en Dios, la fe en ti y
la fe en los demás, aunque algunos te fallen. Cree sin titubeos.
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