Fe es la firme convicción de que si estoy con Dios supero cualquier
prueba u obstáculo que se me presente.
Fe es la sólida confianza de que lo que vivo es necesario en mi
evolución espiritual y llega para aprender algo valioso.
Fe es aceptar que nada es malo y que todo es valioso y perfecto en una aparente imperfección.
Fe es confiar sin ver y, cuando lo hago, entonces un día descubro que es real
aquello en lo que había creído.
Por lo mismo, lo real es que hay que creer para ver, en contra
de lo que se suele
afirmar: ver para creer.
El artista cree y ya ve en el lienzo o en
un bloque de mármol la linda obra que por ahora solo está en su mente.
Dedícate a afianzar tu amor y tu fe que son plantas que necesitan
riego, atención, nutrientes y cuidados.
¿Qué haces para tener un amor y una fe más fuertes?
El buen hábito de meditar te sirve para eso.
El buen hábito de meditar te sirve para eso.
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