Hablamos
con algunos expertos y revisamos las investigaciones más recientes para saber
cómo debemos cuidarnos durante tres décadas decisivas para mantenernos sanos y
sentirnos felices por el resto de nuestros días.
DE LOS 50 A 59 AÑOS
Corazón. Si ya tienes
50 años y no has hecho cambios de hábitos para proteger tu salud cardiaca —dejar de fumar, comer bien,
hacer más ejercicio—, es hora de que empieces. Es aconsejable también que controles tu presión
arterial y niveles de colesterol. “Pero medir estos factores es poco útil si no se lleva un
estilo de vida saludable”, señala. Adoptar hábitos sanos es la mejor forma de
mantener bajo el riesgo cardiovascular en esta década de la vida, si bien
algunos fármacos que reducen el colesterol pueden ser de ayuda.
Con todo, más o menos a esta edad se eleva el riesgo de sufrir infartos.
En la mayoría de los hombres empieza a aumentar alrededor de los 50 años, y en
las mujeres, hacia los 60. Otra diferencia entre ellos y ellas es la manera
como sobreviene el infarto. Muchas mujeres no se dan cuenta de que están
teniendo uno porque no sienten el dolor característico que sí experimentan
muchos hombres, y algunos médicos no saben que las mujeres corren el mismo
riesgo de tener problemas cardiovasculares que los varones, advierte el
experto.
Músculos. “Entre los 40 y los 50 años
deberíamos cuidar más nuestra salud muscular porque será muy importante
conservarla cuando tengamos 60, 70 u 80”. En otras palabras: haz ejercicio ahora, o lo lamentarás
después.
A
los 50 años comenzamos a notar una de las primeras señales de envejecimiento:
la disminución de la masa muscular. Hacer ejercicio a lo largo de esta
década ayuda a hacer más lenta esa pérdida. Y seguir activo entre los 50 y los
59 años también ayuda a mantener la debilidad a raya. En esta etapa de la vida
el cuerpo está envejeciendo y los músculos no se recuperan fácilmente al hacer
esfuerzos.
Salud sexual. Hombres: ¡empiecen a cuidarla
ya! Los mismos tipos de problemas vasculares que aumentan el riesgo de males
cardiacos pueden hacer que no funcionen tan bien como les gustaría en la
alcoba. “De nuevo, es importante cuidar el estilo de vida para mantener
una salud sexual adecuada, al igual que la salud cardiovascular, la salud
mental y otros factores”. Y no esperen: a muchos hombres les da vergüenza
hablar de este tema y no acuden al médico a tiempo, cuando todavía es posible
resolver el problema con algún tratamiento sencillo.
Dentadura. Perder
dientes a medida que se envejece ya no es algo común, pero cuidar la dentadura
no debería ser tan sólo una preocupación estética. Estudios recientes indican
que existe un vínculo
entre la salud bucal y enfermedades como la diabetes y las cardiopatías.
Se cree que una inflamación en la boca, especialmente en las encías, puede ser
señal de una inflamación más grave en otra parte del cuerpo. Y hay pruebas de
que conservar la capacidad de masticar normalmente reduce el riesgo de
desarrollar demencia senil.
ENTRE LOS 50 Y LOS 59 AÑOS, HAZTE
ESTOS EXÁMENES:
Colesterol y presión arterial.
La medición de estos factores te permite conocer tu riesgo cardiovascular, y
corregir tus hábitos si es preciso.
Examen de piel.
Revísate la piel de todo el cuerpo cada dos meses, y consulta a un dermatólogo
si te descubres alguna mancha o lunar que sangre, que te produzca comezón o que
haya cambiado de tamaño, forma, textura u otro aspecto.
Pruebas intestinales.
Hacerte un examen para detectar sangre en las heces, así como una
sigmoidoscopia o una colonoscopia, le permitirán a tu médico saber si hay o no
crecimientos anormales en tu colon. Y si crees que estas dos últimas pruebas
son una tortura, despreocúpate: muchas personas dicen que no son tan molestas.
60 A
69 AÑOS
Mente.
Esta década puede ser muy satisfactoria para quienes pasaron muchos años
esperando el momento de la jubilación; sin embargo, ahorrar dinero no es la
única previsión para esta etapa de la vida. “Cuando uno trabaja, acomete
desafíos mentales todo el tiempo”, dice el doctor Franco, “pero muchas personas
dejan de pensar y hacer cosas al jubilarse, y todos sus hábitos se alteran”. Si
no tienes un plan concreto de lo que deseas hacer con el tiempo libre que
tendrás, podrías caer en el aburrimiento o, peor aún, en la depresión.
Haz un plan para mantenerte física y mentalmente activo
si tu jubilación se acerca. Según un estudio realizado en 2013 que comparó a
individuos jubilados con personas de la misma edad que seguían trabajando,
llevar a cabo alguna tarea como voluntario en beneficio de otros, o tener un
pasatiempo divertido como asistir a un club social o ver deportes, son dos de
las mejores formas en que los jubilados pueden mantenerse productivos y
contentos.
“Descubrimos que los jubilados que hacían alguna labor
como voluntarios o que ofrecían algún tipo de ayuda a otras personas se
deprimían menos y disfrutaban de una mejor calidad de vida”, comenta Kristina
Potocnik, directora del estudio y profesora en la Facultad de Administración de
Empresas de la Universidad de Edimburgo. “La calidad de vida se puede definir
como todo lo que tiene que ver con nuestro bienestar, salud física y mental,
felicidad y disfrute de las relaciones sociales y las actividades personales.
Una vez que hombres y mujeres se jubilan, resulta benéfico para ellos realizar
alguna actividad productiva para mantener la calidad de vida en su vejez”.
Huesos.
No sólo los niños necesitan aumentar su fuerza ósea. En lugar de la porción de
queso rica en calcio o el vaso de leche que se le podría dar a un infante, los
adultos pueden conservar la salud de los huesos con un remedio probado: el
ejercicio. A lo largo de la vida, tener huesos sanos es resultado de imponer
esfuerzos al esqueleto, y una de las mejores formas de hacer esto es cargar con
pesos. No necesitas practicar fisicoculturismo: basta con que camines a menudo
para ejercitar y fortalecer tus huesos, señala el profesor LeBrasseur.
Sueño.
¿Duermes lo necesario? Envejecer no significa que debas dormir menos; las
necesidades de sueño de cada persona son diferentes. La mayoría requiere entre
siete y nueve horas cada noche para sentirse bien a la mañana siguiente. “A
veces pensamos que podemos reducir las horas de sueño para hacer más cosas o
para ver más televisión, pero dormir no es algo que deberíamos sacrificar”,
dice el doctor Franco.
La solución es recurrir a lo que los expertos llaman
“higiene del sueño”: establecer un horario fijo para dormir y para despertar, y
acatarlo con rigor; contar con un lugar tranquilo, oscuro y cómodo para dormir,
y evitar la cafeína y el alcohol antes de ir a la cama. Si aun después de
adoptar estos hábitos tienes problemas para dormir, acude al médico. Por
ejemplo, si a menudo te despiertas con dolor de cabeza o si tu pareja dice que
roncas muy fuerte o que la respiración se te corta mientras duermes, podría
tratarse de apnea del sueño.
Estilo
de vida. ¿Hasta qué edad se pueden hacer cambios en el estilo de vida?
“Nunca es tarde”, asegura Franco. “Si puedes empezar a modificar tus hábitos a
los 50 años en vez de a los 60, saldrás ganando. Pero si mejoras tu estilo de
vida a partir de los 60 o 70 años, también cosecharás beneficios”. Esto se
aplica a todo, desde iniciar un programa de ejercicio hasta dejar de fumar.
De hecho, renunciar al tabaco —e incluso reducir el
número de cigarrillos al día— tiene beneficios inmediatos en la salud. En 2012,
investigadores alemanes que analizaron datos de 17 estudios realizados con más
de un millón de personas llegaron a la conclusión de que cuanto más pronto se
deje de fumar, tanto más grandes los beneficios, y que los ex fumadores se
sienten mejor sin importar a qué edad dejaron este mal hábito.
ENTRE
LOS 60 Y LOS 69 AÑOS, TAL VEZ NECESITES
ALGUNAS VACUNAS.
Vacuna
contra la influenza estacional. Muchos sexagenarios la necesitan, sobre todo
los que padecen enfermedades crónicas (especialmente cardiacas y
respiratorias).
Vacuna
contra el herpes. Te protege contra las dolorosas reactivaciones del
virus de la varicela zóster —que también causa la varicela—, el cual vive
latente dentro del cuerpo de la mayoría de las personas después de un brote de
varicela en la niñez.
Vacuna
antineumocócica. Se aconseja su aplicación después de los 65 años para
prevenir enfermedades como la neumonía y la meningitis.
70 A
79 AÑOS
Corazón.
En esta década, el mensaje es igual al de otros años: nunca es tarde para hacer
cambios saludables. “Incluso a esta edad, mejorar el control de la presión
arterial acarrea beneficios”, afirma Franco. Sin embargo, el cuidado
cardiovascular no sólo favorece al corazón: el cerebro también se beneficia con
un mejor flujo de sangre. “Los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular
son los mismos que los del Alzheimer y la demencia senil”, agrega el médico.
Mente.
También está conectada con la salud de modos menos tangibles. En esta década,
compartir lecciones y experiencias es una de las maneras más valiosas en que
una persona puede contribuir a la sociedad, dice Franco. En el transcurso de
estos años es muy probable que disfrutes mucho más las cosas simples, como
pasar tiempo con otras personas. Y el optimismo se ha vinculado también con un
menor riesgo de insuficiencia cardiaca, señalan los expertos.
Relaciones
sociales. Hoy día se comprenden mejor las formas en que los vínculos
sociales y familiares mantienen la lucidez. ¿Quieres agrandar tu círculo aún
más? Inscríbete en un gimnasio o en un club deportivo para combinar dos
actividades que mantienen activo el cerebro: el ejercicio y la interacción con
personas de tu edad y de ideas afines. “Si haces amigos allí, te sentirás mucho
más motivado para asistir”, dice LeBrasseur.
En esta década de la vida muchas personas se ven en la
necesidad de cuidar a otras. Kristina Potocnik y su equipo estudiaron cómo
afecta en el ánimo tener que brindar cuidados. “Descubrimos que tanto los
jubilados como los adultos mayores que aún trabajan sufren una depresión más
profunda a la larga cuando tienen que cuidar a un anciano enfermo o inválido”,
dice la profesora. Aunque no abordaron ese problema directamente en su
investigación, observaron que participar en asociaciones religiosas parece
ayudar a los septuagenarios jubilados a no deprimirse.
Otro problema común en las últimas etapas de la vida es,
infortunadamente, tener que afrontar la pérdida de seres queridos. En el
transcurso del primer mes tras la muerte del cónyuge o de la pareja, las
personas corren mayor riesgo de morir de un infarto o de apoplejía, indica un
estudio realizado este año en el Reino Unido. Después de ese lapso, sin
embargo, la mayoría de las personas aprenden a adaptarse a su nueva situación.
Tener motivos y deseos de seguir viviendo es esencial en
esta etapa, afirman los especialistas, al igual que mantenerse en contacto con
la gente. Profesar una religión también parece ayudar. Pero, a partir de los 70
años de edad, lo más importante es buscar ayuda profesional si la depresión
impide disfrutar la vida.
No dudes en ponerte activo
El ejercicio ayuda a mejorar la salud en todas las etapas
de la vida. Las siguientes son algunas maneras de hacer más ejercicio (o de
empezar a hacerlo).
Dar
caminatas a paso veloz es una de
las mejores maneras de ponerse en forma, y una de las más sencillas.
El entrenamiento funcional es un tipo de ejercicio de
propósito concreto que se practica en casa o en un parque, y que suele utilizar
el propio peso corporal, como al hacer lagartijas y sentadillas. ¡Y usar el
propio peso corporal no cuesta nada! “Hay muchas cosas que puedes hacer sin
tener que ir a un gimnasio”, afirma el profesor LeBrasseur, “pero si puedes ir
a un gimnasio, mejor”.
¿Cuánto
ejercicio debes hacer? Fíjate una meta de 30 minutos diarios de ejercicio
moderado por lo menos cinco días a la semana. Ese grado de intensidad
debe acelerarte el pulso sólo un poco. ¿No tienes tiempo para hacer ejercicio?
Tal vez sí lo tengas. “Es el dos por ciento de tu día”, dice LeBrasseur.
Anda, no dejes de moverte. En la mayoría de los casos,
seguir el consejo del viejo refrán “Miembro doliente, reposo quiere” ya no es
lo más apropiado. Hoy día muchos médicos recomiendan a las personas mayores
volver a hacer caminatas poco después de pasar por una operación de reemplazo
de cadera o de rodilla. Y los achaques y molestias comunes tampoco deberían
detenerlas.
DE LOS 80 AÑOS EN ADELANTE
Si ya te encuentras en esta fase de la vida,
¡enhorabuena! Pero si aún no has llegado, tienes altas probabilidades de
hacerlo.
Según un estudio realizado por la Oficina del Censo de
Estados Unidos, se calcula que la población mundial mayor de 65 años llegará a
los 1,300 millones en 2040, y por
primera vez en la historia superará en número a la población menor de cinco
años. En la región de América Latina y el Caribe, la esperanza de vida aumentó
de 51 a 75 años entre 1950 y 2010, y está previsto que aumente a 80 años para
mediados de este siglo.
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