“La justicia es una cuestión de
vida o muerte”. Así comienza un informe largo y provocador publicado
recientemente por un grupo de expertos en las áreas de salud y desarrollo.
Los expertos, entre los que se encontraba un premio Nobel de
economía, fueron comisionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para que dieran su opinión acerca del problema de la desigualdad y la
salud en el mundo. Tras más de dos años de trabajo, el equipo
publicó un artículo titulado Estrechar la brecha en una generación.
Pero, ¿exactamente qué brecha? Está claro que la vida de un habitante pobre de Caracas
es más corta, desagradable y brutal que la de una persona rica de Colonia o
Chicago. Pero, entonces, ¿por qué, se preguntan los expertos, los
hombres que nacen en Calton, una zona áspera de Glasgow, tienden a morir más de dos
décadas antes que los hombres de la ciudad satélite de Lenzie, a solo cuantas
millas? ¿Por qué las mujeres de origen asiático de Estados
Unidos viven, en promedio 87 años, mientras que los hombres de origen africano
viven sólo 69 años? La explicación, de acuerdo con la OMS, no se reduce a una cuestión de ingresos. Tampoco se reduce a la capacidad de los diversos sistemas de salud.
Aparte de estos factores,
señala el reporte, también hay factores sociales,
políticos y económicos que no tienen nada que ver con la salud, pero que, aún
así, determinan si un niño crecerá y se desarrollará por completo y llevará una
vida plena o no.
Para reducir los efectos de estos factores no relacionados
con la salud, los expertos
crearon una larga lista de objetivos. Entre estos están, por ejemplo:
1) Hacer un llamado a los gobiernos
para que mejoren la calidad de vida de sus ciudadanos, en particular la de mujeres y niños de países pobres, mediante inversiones en salud y educación, y creando mejores condiciones laborales,
2) Reducir las desigualdades
derivadas de una mala distribución del poder, el dinero y los recursos,
mediante un mayor apoyo de la sociedad civil y mejores políticas económicas
3) Promover la transparencia y un
mejor criterio para evaluar la disminución de la desigualdad en el área de la
salud.
El manifiesto ofrece un nuevo paradigma de desarrollo.
LA POBREZA Y LA DESIGUALDAD SON CAUSAS DE UNA MALA SALUD.
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