Tengo
un soplido de amor en el pecho,
que
amenaza con infartarme al alma.
Un soplido de amor
moreno,
intranquilo y aguafiestas,
que más pareciera un hijo de Levante
que un soplo de amor cualquiera.
Hoy me desperté y ya lo llevaba dentro
me venció sin batalla y sin hacer más quiebra.
Pero hay días que viene, o días
que va
y
vuelve y sonríe, y yo no sé en qué piensa.
Me entristece, mi tormenta de amor,
porque trae nubes a
mis ojos abiertos.
Y cuando los cierro, ¡ay cuando los cierro!
me aman y yo busco mi soplado destierro.
Vientos
de amor, brisa de amor,
día de
Noviembre con los amores al viento.
Tengo un soplido de amor
trasnochado
y creo
que acaba de reventarme el pecho.
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