Una buena misión es alentar a otros,
darles fuerza y sacarlos del abismo del desaliento.
Siempre
puedes estimular al que está en un túnel para que se levante con fuerza y
vigor.
Claro que ante todo necesitas estar
bien contigo mismo, amarte, no ser víctima y estar con Dios.
La
palabra ánimo es lo mismo que ánima o alma, es la fuerza de tu espíritu, es
Dios en ti.
Vive
unido al Padre para que tu fe no sea de ráfagas, sino una relación constante de
amor.
Ten siempre pensamientos positivos y
amorosos ya que ellos tienen un poder tremendo.
Todo
el amor y la alegría que irradias vuelven a ti multiplicados y son para ti una
bendición.
Anímate y anima a los demás siendo
agradecido y mirando en todo la mano bendita de Dios Madre-Padre.
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