El perdón es una opción
Las personas deben reconocer que han sido tratadas injustamente, reconocer humildemente que esto les ha supuesto un choque emocional y que están verdaderamente enfadadas.
Si desean empezar la terapia del perdón, deben explorar lo que es perdón y lo que no es perdón. Por ejemplo, cuando las personas perdonan, no están condonando, excusando u olvidando lo que han hecho contra ellas. Pueden reconciliarse o no reconciliarse.
Perdonar es reducir el resentimiento y aumentar la benevolencia y el amor hacia alguien que ha sido injusto. Esta es una opción personal, un acto de la voluntad.
Reconciliarse es para dos personas recuperar la mutua confianza. Esto requiere la cooperación de ambas partes. Uno puede perdonar al ofensor y al mismo tiempo mirar a sus espaldas.
Luego viene el «perdón cognitivo»: son pensamientos de perdón y declaraciones dirigidas a la persona que ha sido injusta.
Parte del perdón cognitivo es pensar en la persona como un todo, sin definirla sólo por sus pecados. Todos somos más que nuestras acciones. Somos vulnerables.
Luego el perdón emocional es la apertura de uno mismo a la compasión y al amor. Esto es difícil y puede llevar su tiempo. Algunas personas en la terapia no están preparadas para este paso y merecen comprensión.
Sigue siendo un misterio saber cómo crece en el corazón humano esta compasión por quienes realizaron y realizan grandes injusticias. Seguramente la gracia de Dios actúa en este caso, pero los científicos no tienen el lenguaje para describirlo plenamente. La ciencia es limitada para comprender este misterio.
Luego viene la difícil tarea de «soportar el dolor» de lo que ha sucedido. Quien perdona no puede hacer que el reloj vuelva atrás y deshacer el daño, pero puede tomar la valiente decisión de aceptar el dolor y ser un instrumento de bien para el ofensor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios