Condicionados
por las creencias vemos como bueno o como malo algo, sin que así sea en la
realidad.
La
verdad es que nada es bueno ni malo, simplemente es, y tú,
programado por la educación, lo asumes como malo o bueno.
En el devenir vital la realidad te sorprende
con frecuencia y, lo que
ves como bueno, se convierte en un problema. Del mismo modo aquello que etiquetaste como
malo termina siendo una vivencia rica en valiosos cambios y
aprendizajes.
En
el deporte suele suceder que una victoria asumida con soberbia o libertinaje es
la antesala de sucesivos fracasos.
También se da que una dura prueba te lleva a tomar consciencia y
entonces das gracias por una quiebra o una enfermedad.
El naufragio del Titanic en 1912 sirvió para que se mejorara del
todo la construcción de barcos.
También
cambiaron las leyes de la navegación y eso ha salvado
millones de vidas.
¿Qué
es bueno y qué es malo?
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