No creo que nuestros hijos
sepan qué es un delantal.
Tenían volados y bolsillos, incluso se bordaban primorosamente.
El delantal sirvió como
agarrador para sacar los sartenes calientes del horno.
Fue maravilloso para
secar las lágrimas de los niños, y en ocasiones incluso se usaba para limpiar orejas sucias.
Desde el gallinero, el delantal se usaba para transportar huevos, pollitos quisquillosos
y, a veces, huevos medio
cascados para terminar en el horno caliente.
Cuando llegaba una visita, esos delantales eran escondites ideales para niños
tímidos.
Y cuando el clima era frío, la abuela se lo envolvía alrededor de sus brazos.
Esos grandes delantales
enjuagaron muchas cejas sudorosas, cuando la abuela cocinaba sobre la
estufa de leña caliente.
Chips y troncos
de madera fueron traídos a la cocina en ese delantal.
Después de pelar los guisantes, se llevaban las cáscaras a la
basura.
En el otoño, el
delantal se usaba para traer manzanas que habían caído de los árboles.
Cuando llegaba una visita
inesperada, era
sorprendente la cantidad de muebles que el viejo delantal podría desempolvar en
cuestión de Segúndos.
Cuando la cena estaba lista, la abuela salía al porche, agitaba su delantal y los
hombres sabían que era hora de venir del campo a cenar.
Pasará mucho tiempo antes de
que alguien invente algo que reemplace ese "delantal de antaño" que
sirvió para tantos propósitos.
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